A los cobardes

256


Escribe: El Agonizante (*)

 

¿Qué crees? ¿Que se acabó el combate?

¿Qué crees? ¿Que tu última misión es morir en la cama?

¿Crees que tu familia está feliz porque te tienen en domiciliaria?

Cobarde, está así porque tienes miedo.

 

Tienes miedo, mucho miedo. ¿Y qué? Igual vas a morir.

Y Dios te pedirá cuentas.  ¿Qué has hecho por todo lo que decíamos

de la Patria, familia, Dios? Eres un cobarde. Sí. Cobarde.

 

Has puesto la mejilla; vuelve a poner la otra.

Y ponla todas las veces que puedas.

Si estás libre, por ahora, organiza los apoyos.

Hay muchos soldados solos en el campo de combate.

Hay muchos heridos que hay que rescatar.

 

Te digo cobarde porque no has hecho nada.

Pero dejo abierto el halo esperanzador.

No puede ser que nuestra educación nos aplaste.

No puede ser que años de adoctrinamiento, de disciplina,

nos digan que estamos quebrados psicológicamente.

 

Somos lo que nos dejó San Martín, ¿o no?

Cobarde, estás dormido. ¡Cobarde, levántate!

No eres cobarde porque has cumplido órdenes.

No eres cobarde porque esta carta te hará reaccionar.

 

Fíjate en tu familia, que pelea y pelea por ti. ¿Y…?

Un oficial debe dar siempre el ejemplo. ¿Lo estás dando?

¿Por qué no peleas, papá? Qué triste tener que responder.

 

No quiero un ejército de cobardes.

No quiero jefes que no se plantan ante órdenes inmorales.

No quiero sentirme avergonzado de hechos aberrantes.

Quiero morir por Dios, por la Patria, por mi familia.

 

Por eso quiero despertar a esos cobardes inmorales.

Quiero desangrarme diciendo las cosas como son.

Y quiero ver los restos orgullosos de nuestras enseñanzas.

 

Deseo ver gente con iniciativa.

Deseo ver gente con libertad de acción.

Deseo ver testimonios y hechos que nos levanten la moral.

No quiero cobardes. Quiero valientes soldados.

 

Quiero no decirte cobarde.

Quiero decirte que tienes que resistir.

Quiero decirte que tienes que hacer algo.

 

Tienes toda la libertad de acción para realizarla.

Tu comandante está  preso, pero no muerto.

Tu comandante te está dando órdenes.

Tu comandante puede morir.

 

Pero tu comandante ha iniciado la resistencia.

No seas cobarde. Piénsalo, valiente soldado.

Tu comandante está preso en el

campo de exterminio de Marcos Paz.

 

Post Data: Aclaro que el primer cobarde fui yo. Por eso me arrepiento ante Dios de mis faltas, le pido humildemente que me perdone y que me de fuerzas para ser un valiente soldado. Quiero agonizar, con honor y con gloria.

(*) Se utiliza seudónimo por especial pedido del autor.