¿En qué vuelve a equivocarse EE.UU. en Siria?

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Stuart Bowen, inspector general del Gobierno de EE.UU. para la reconstrucción de Irak, ha reconocido en una conferencia de prensa que su país no ha aprendido los errores cometidos en Afganistán y en Irak tras el fin de las operaciones en estos países.

«Se trata de un problema estructural de nuestro sistema gubernamental», indicó Bowen, añadiendo que ya «es demasiado tarde para aprender las lecciones en Afganistán, puesto que estamos de salida».

Según Bowen, el principal problema entonces fue «la falta de claridad sobre quién dirige los ajustes del programa estadounidense en Afganistán y en Irak». Bowen recuerda que los gastos de reconstrucción de Irak costaron a los contribuyentes estadounidenses al menos 53.000 millones dólares en nueve años. «Los contribuyentes se cansan y con razón», dijo, pero al mismo tiempo advirtió: «nos guste o no, vamos a tener que jugar un papel importante [en Siria]».

Bowen aconseja abordar la situación con un enfoque multilateral para la reconstrucción de Siria, donde se calcula que unas cien mil personas han muerto en una guerra civil que dura ya dos años. El inspector cree que una posible intervención en Siria debe incluir la restauración de la soberanía nacional tan pronto como sea posible y la rápida estabilización del sistema financiero del país.

La intervención no soluciona el problema

Fiódor Lukiánov, redactor jefe de la revista política rusa ‘Rossia v Globalnoi Politike’, recuerda en el diario ruso ‘Gazeta’ que «ni Irak, ni Afganistán ni Libia son pruebas de que la intervención conduzca a la resolución de los problemas».

«Lo más triste de los conflictos de la historia moderna, principalmente los de Oriente Próximo, es la creciente sensación de que el uso de la fuerza no es el último recurso cuando ya se han agotado todos los demás, sino que más bien se trata de una especie de salvavidas cuando no se tiene claro qué hacer», lamenta Lukiánov.


Cinco razones para no recurrir al ataque con misiles

Existen informes de prensa sobre que la Casa Blanca está considerando atacar con misiles al régimen de Assad en Siria, para castigarlo por su uso de armas químicas. Sin embargo, se trata de una mala idea debido principalmente a cinco razones.

1. La doctrina de la Responsabilidad de Proteger (R2P) no es una justificación adecuada para una intervención militar directa. Esta peligrosa doctrina, promovida en Naciones Unidas, socava la soberanía de Estados Unidos mediante el argumento de la obligación de intervenir que tienen las distintas naciones. Como explica el experto legal en cuestiones de soberanía de la Fundación Heritage Steve Groves:

<<Una doctrina que obliga a Estados Unidos a actuar para impedir las atrocidades que ocurren en otros países sería arriesgada e imprudente. La independencia de Estados Unidos (obtenida con tanto sacrificio por parte de los Fundadores y de las sucesivas generaciones de americanos) se vería comprometida si Estados Unidos consintiese quedar vinculado de forma legal a la doctrina de la R2P. Estados Unidos tiene que preservar su soberanía nacional manteniendo el monopolio sobre sus decisiones referentes al despliegue de medidas de presión diplomática, sanciones económicas, coacciones políticas y, especialmente, de sus fuerzas militares>>.

2. No están en juego intereses vitales para Estados Unidos. Estados Unidos no tiene intereses en la resolución del conflicto, aunque se debería reservar el uso de la fuerza militar para aquellas zonas en las que Estados Unidos tenga la imperiosa necesidad de actuar en defensa de sus propios intereses. Hay otras opciones más prudentes para la defensa de los intereses de Estados Unidos y para ayudar a resolver el conflicto.

3. No sería inteligente utilizar la fuerza militar. La fuerza militar se debería utilizar sólo si existe una finalidad clara, alcanzable y realista. Es improbable que los ataques con misiles disuadan al régimen de Assad y que impidan nuevos abusos. Estados Unidos se arriesga más bien a una escalada en su involucración en la crisis.

4. Los ataques con misiles únicamente harían que el presidente Obama pareciera más débil. De forma muy parecida a los ineficaces ataques con misiles de crucero lanzados por el presidente Clinton contra los campamentos terroristas de Osama bin Laden, estos ataques serían vistos únicamente como una señal de que Estados Unidos carece de un plan de acción claro y decisivo. Medio Oriente los vería como otra iniciativa de la administración Obama para buscar una “salida fácil” y poder liderar en la sombra, en lugar de ejercer un liderazgo auténtico y constructivo.

5. Distraerían a Estados Unidos de lo que realmente debería estar haciendo.En vez de intentar intervenir directamente en el conflicto, Estados Unidos debería estar trabajando de un modo concertado con otros países de la región para acelerar el final del régimen de Assad y abordar la crisis de los refugiados, el resurgimiento de al-Qaeda y el empeño desestabilizador de Irán y Hizbolá.

Fuentes: RT Actualidad / Libertad.org