HACKEADO. ¿Qué es lo que les molesta de verdad?

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David ReyEscribe: David Rey

El domingo 31 de julio de 2016 me levanté a las 9:30 de la mañana con el solo propósito de sentarme a trabajar. Los domingos, de hecho, son los días en donde más tiempo tengo para desempeñarme en este oficio, ya que los restantes días mi otro trabajo – el que me da de comer – llega a insumirme hasta doce horas al día. Pero resulta que mi página web estaba “caída” (se veía todo en blanco), cosa que atribuí a un muy inoportuno mantenimiento del hosting.

Me senté frente de mi computadora y abrí Word. Allí comencé a borronear un artículo editorial que iba a tratarse sobre “el mal gusto” de los argentinos y sobre cómo lo mismo termina interfiriendo en nuestros valores, nuestro comportamiento y nuestro futuro. Hace mucho que tengo ese artículo en mi cabeza, aunque honestamente nunca me sobra tiempo para dedicarme al mismo. Pero pasado el mediodía se comunicó conmigo un amigo (abogado) para informarme que, en el Penal de Ezeiza, un Preso Político se estaba muriendo a raíz de la huelga de hambre que llevaba adelante.

Ahí mismo debí reformular, entonces, mis actividades para ese día domingo. Tras realizar un par de llamadas e informarme convenientemente pude concluir un artículo que se tituló “Preso Político agoniza tras realizar huelga de hambre en Penal de Ezeiza”. Cuando tuve terminado el artículo en Word decidí, entonces, trasladarlo a www.DAVIDREY.com.ar Pero resulta que mi página seguía “caída”. Estaría “caída” hasta el miércoles a las 15 horas, y porque debí mover cielo y tierra para me restablecieran la página. La odisea incluyó cambio de hosting e instalación de backups y base de datos. Respecto del artículo que escribí en Word, debí publicarlo como una nota en Facebook, cosa que tuvo más que buena repercusión.

Un amigo, entendido en el tema (y porque atravesó situaciones similares) me confirmó lo que yo me negaba a creer: “Tu página web está 100 por ciento hackeada”, y concluyó: «¡Te felicito! Se ve que tu trabajo está empezando a molestar…».

Yo no me creo tan importante como para pensar que alguien puede dedicarse a la penosa tarea de perder su tiempo en “bajarme” mi espacio de trabajo, pero lo cierto es que casi siempre que un artículo mío tiene buena repercusión (como el que se titula “Feroz represalia contra una “nieta” recuperada por no aceptar indemnizaciones y cargos políticos”) resulta que se me “cae” la página, más allá de que siempre ingenuamente lo atribuí a una supuesta saturación de los servidores (¡ni que tuviera tantas visitas como Clarín!). Hackear un sitio web es, para los entendidos, una de las cosas más sencillas del mundo; sobre todo los terminados en .com.ar, de ahí que mucha gente recomienda la utilización de servidores de Estados Unidos, Europa o Israel inclusive (lo que no quita que también sean eventualmente vulnerados).

www.DAVIDREY.com.ar necesita, para evitar estos tropiezos tan molestos y que insumen tantos recursos (¡tiempo…!), un cambio urgente. Urge, pues, la implementación de un rediseño estructural de su plantilla (template), la instauración de medidas de seguridad a la altura de las circunstancias e incluso la posibilidad de transferir todo a un servidor en el exterior. Son tres cuestiones que ya tenía planeado llevarlas adelante, pero resulta que me encontré con un pesado obstáculo: el costo.

Fueron varios los programadores y diseñadores que consulté, y desde ya ha sido bien variado el abanico de presupuestos que recabé: desde 6 mil pesos hasta 27 mil (no será necesario explicar que, a mayor costo, mejores han sido las propuestas).

www.DAVIDREY.com.ar lo creé yo mismo sin ser diseñador ni mucho menos programador. Y no me fue tan mal que digamos, ¿no? Tanto como que ahora la página amerita que sobre ella se aplique el conocimiento como el arbitrio de un profesional en la materia, cosa que lógicamente tiene su costo (una empresa de marketing me ofrece diseñador por un lado y programador por el otro).

La presente relación tiene por objeto, entonces, sugerirle al lector la posibilidad de colaborar para el rediseño de www.DAVIDREY.com.ar, cosa que ha de realizarse sí o sí, sólo que, con ayuda, los tiempos y la calidad del producto definitivo habrían de cambiar notoriamente.

Para colaborar, pongo a disposición del lector la siguiente información:

Banco Galicia – Caja de Ahorro

Cuenta: 4016158-6 233-8 
CBU: 0070233330004016158682

CUIT: 23-30850986-9

En caso de requerirse mayor información a la ofrecida, por favor solicitarla a través de un mensaje a info@davidrey.com.ar o bien a través de mensaje privado de Facebook o Twitter (ambas opciones disponibles del lado derecho de esta misma página).

Como el lector puede ver, lejos de incurrir en el victimismo o en el hecho de “espectacularizar” el hackeo padecido (por estos lares es algo de todos los días) tan simplemente apelamos a la buena voluntad de quien pueda comprender ya sea tanto la importancia del trabajo realizado en este sitio como el sacrificio que sinceramente significa el mismo y así también la urgencia de llevar a cabo modificaciones gráficas que garanticen un desenvolvimiento periodístico libre de trabas, tropiezos y limitaciones.

Hace ya más de diez años me armé un blog: www.davidrey11@blogspot.com. Y me quedó chico al poco tiempo. Debí pegar un saltito a WordPress y con esto darme el lujo de tener mi propia página web. Siempre estuve solo y nunca nadie me dio una mano, más bien al contrario. La perspectiva desde la que observo los temas que me abocan como los mismos temas abarcados (siempre «políticamente incorrecto») me depararon más bien un frente de desprecio en buena parte de los círculos que supe frecuentar. He aprendido a ser impasible ante eventualidades adversas, ya que mejores resultados se obtienen si uno focaliza el apasionamiento en el trabajo antes que derrocharlo en disputas estériles.

Y hoy resulta que ya no estoy tan solo como antes. Sin incurrir en jactancia alguna hasta puedo decir que, aunque módico, «tengo mi público», mis lectores, mis «seguidores» (casi 3200 en mi página de Facebook). Tanto trabajo, tanta paciencia y tanto empeño… finalmente han retribuido en alguna medida. Y seguramente sea eso mismo lo que «moleste», mucho antes que lo que yo pueda opinar o escribir.

No les importa lo que pensemos o digamos: les importa que estemos solos, alejados, desentendidos. «Yo» no les importo; «nosotros» les importamos. No les duele el «soy»; les duele el «somos».

Si empecé solo y con un «blogcito» y hoy estoy en pugna por arribar a una página web profesional… imagínense cuánto más podremos conseguir juntos, unidos y entendidos. Ya ha sido un gran logro pasar del «soy» al «somos». Que hayan hackeado www.DAVIDREY.com.ar no es un ataque a mí en particular; es, sin dudas, un ataque a NOSOTROS.

Muchas gracias a todo aquel que pueda colaborar.