«He aceptado el desafío». Arturo Larrabure se dedica a la política

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David Rey

Arturo Larrabure aceptó el desafío: se va a dedicar a la política, por eso mismo es que hoy es candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. Su agrupación política: Todos por Buenos Aires. Tan solo falta reunir las firmas necesarias para las PASO y… listo.

www.DAVIDREY.com.ar lo ha consultado recientemente al también vicepresidente del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV) respecto de su salto a la política, tanto para ahondar sobre esta noticia como para – dado el caso – conocer las inquietudes y el perfil ideológico de quien ahora se postula a diputado nacional.

En fin, ya muchos lo conocemos a Arturo por su condición de víctima directa del terrorismo (su padre, el coronel Argentino del Valle Larrabure fue secuestrado – durante más de un año -, torturado y finalmente asesinado por el terrorista Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Particularmente, quien subscribe, ya lo entrevistó varias veces. Pero, como político, ¿qué tiene para ofrecernos el señor Arturo Larrabure?

Arturo Cirilo Larrabure, candidato a diputado nacional.

David Rey: ¿Cómo es eso de que ahora vas a ser político…?

Arturo Larrabure: A veces en la vida hay decisiones que uno no las puede dejar de tomar. No te olvides de que hace más de diez años (diría que doce) que nosotros, un grupo de personas muy preocupadas por el país, resolvimos que había que estudiar profundamente la historia del 70 para no volver a repetir los errores y para mejorar el presente, y así tengamos un buen futuro en la Argentina. El gran inconveniente es que creemos que la sociedad argentina y los políticos, periodistas, educadores, religiosos y muchos otros sectores de la sociedad están en deuda con las víctimas del terrorismo. ¿Qué mejor, entonces, que aprovechar este ofrecimiento que me han hecho para tratar de integrarme en el lugar donde se deciden las cosas importantes de la política?

D.R.: ¿Quién le ha hecho este ofrecimiento?

A.L.: El partido se llama Todos por Buenos Aires.

D.R.: ¿Provincia o Capital Federal?

A.L.: Provincia, pero quiere tener sus distintos políticos, candidatos y referentes a nivel de todo el país. En realidad nace de una primera formación que tuvo gran participación en la política que es el MODIN.

D.R.: ¿El MODIN de Aldo Rico?

A.L.: Exactamente. En su momento se había transformado en una fuerza muy importante. Bien, ahora el problema es que hay mucha gente, como es incluso el caso mío, que, una vez terminada la elección pasada, donde el candidato a presidente fue Macri y ganó, nosotros comenzamos a mirarlo con ojos críticos. Como todo el mundo, porque había prometido algunas cosas muy importantes, sobre todo en el tema de víctimas del terrorismo, que iba a terminar con el “curro” de los derechos humanos… Sin embargo, cuando tuvo que poner las cosas en su lugar, no lo hizo, y tan es así que han venido distintos presidentes o primeros ministros de distintos países importantes del mundo y no hay otra cosa que llevarlos al Parque de la Memoria, lo que para las víctimas del terrorismo es una cachetada.

«Nosotros vemos como una agresión a las víctimas del terrorismo que cada vez que viene un mandatario extranjero lo llevan a tirar flores al Parque de la Memoria». 

Eso, para nosotros, es realmente una agresión, lo vemos como una agresión. Entonces, queremos participar en política para presentar determinados proyectos o al menos levantar nuestra mano y nuestra voz para debatir algunos temas que hoy no están en la mesa de la política argentina.

D.R.: Cuando yo me enteré de esto, para establecer esta entrevista, te pregunté a vos por What’s App si era verdad que te ibas a dedicar a la política, y he recibido por respuesta “he aceptado el desafío”. ¿Cuál es el desafío?

A.L.: El desafío es darle voz a aquellos que no tienen voz, nada más ni nada menos. Nosotros, en la ONG de la cual soy vicepresidente hace muchos años, el CELTYV, hemos recibido, conversado e interiorizado muchos temas del 70 y muchos asesinatos, heridos y mutilados. Es decir, hemos visto la parte que nos atañe específicamente a nosotros, pero indudablemente Argentina vivió una guerra sucia, que inclusive Macri se animó a nombrar, pero después no quiso avanzar más sobre la concepción de lo que es guerra sucia.


¿Te contaron lo que el ERP le hizo al papá de Arturo?


D.R.: ¿Por qué una guerra sucia, Arturo?

A.L.: Porque es una calificación del tipo de guerra que se vivió en Argentina, cuando es una guerra revolucionaria, asimétrica, intercontinental (participaron varios continentes, no solamente el latinoamericano).

D.R.: Exactamente, y hubo terrorismo de Estado, pero (a criterio personal) no tanto por parte del Estado nacional como por parte de las organizaciones terroristas que contaron con el apoyo de estados extranjeros. Quiere decir que las organizaciones terroristas argentinas fueron el brazo ejecutor del terrorismo de Estado internacional en Argentina.

A.L.: Sí, y, además, la causa que de mi padre, que está en vías de una definición importante en estos tiempos que corren, ya lleva casi diez años en la justicia rosarina y hoy se compone de once cuerpos. Eso significa, traducido al lenguaje común, más de tres mil hojas de investigación de testimonios importantes, como puede ser el de el edecán de Perón, que se llamaba Carlos Corral, el de Ruckauf, Claudia Rucci, Graciela Fernández Meijide, Antonio Cafiero…

D.R.: Hay una mujer que también está en política, es hija de uno de los captores de el coronel Argentino del Valle Larrabure y ha tenido alguna que otra observación polémica en este sentido. ¿Qué opina usted de ella?

A.L.: Yo acepto el debate político, dejando de lado la ideología y la parcialidad. Yo lo que creo es que la sociedad argentina debería ya juzgar, independientemente de la justicia, y poner del lado de los asesinos a quienes fueron asesinos, y además quiénes fueron víctimas. Eso no significa que por ser hija de asesinos no merezca ser diputada, si el pueblo la eligió como representante de la provincia de Santa Fe. Son las reglas del juego.

D.R.: Muy distinto es si una persona, más allá de que sea o no hija o hijo de combatientes guerrilleros, reivindique el accionar de sus papás, porque en eso redunda todo el problema actual. No hace falta aclararle a la audiencia quién fue el coronel Argentino del Valle Larrabure: fue un mártir de nuestra patria. Ahora están juzgando a los militares y a todos los tachan de represores, de genocidas, etc. Parece que no hay militares buenos; claro, si a los mejores los asesinaron. Esto lo digo con mucho respeto porque sé que te duele en el corazón. El coronel fue un militar eminente reconocido más allá de nuestras fronteras y fue víctima del Ejército Revolucionario del Pueblo, de los terroristas. Lo secuestraron, estuvo más de un año preso, lo torturaron y, finalmente, como acostumbraban los terroristas del ERP, lo asesinaron. Por eso te pregunto: ¿vos qué sentís que tu papá, desde el cielo, te pide que hagas?

A.L.: Mirá, el pedido específico de él, escrito en sus cartas, era que sepamos perdonar. Eso nosotros lo hicimos y lo hemos hecho a lo largo de todos estos años. Pero jamás me dijo que admita la mentira y que la convalide, por eso, en el año 2004, cuando llegó al poder Néstor Kirchner, yo no pude quedarme callado. Y así como yo no me pude quedar callado, no se quedaron calladas miles de víctimas y familiares de víctimas del terrorismo. Por eso, la conformación de la ONG. Nosotros realmente queremos verdad, queremos justicia, queremos memoria, pero no que sea una frase ya consabida: lo queremos de verdad. Queremos luchar por todo eso, queremos explicar a la sociedad argentina, especialmente a los jóvenes, lo que vivimos en esa época y lo que vivieron nuestros padres y familiares.

Hace muy poco, ha incursionado en el mercado literario argentino una exaltación a una joven de veinte años, terrorista y montonera, que se llamaba Ana María González, que se hizo amiga de Graciela Cardozo, una de las hijas del general Cesario Cardozo.

Hija de carceleros de Larrabure, candidata a diputada

D.R.: Está preso hoy, ¿no?

A.L.: El único hijo varón está preso por lesa humanidad.

D.R.: Me gustaría aclararle a la audiencia que se hizo amiga de la hija de Cardozo, fue a estudiar a su casa y pidió ir al baño. En un momento de descuido, le puso una bomba debajo de la cama donde dormía Cardozo con su señora esposa, y luego la hizo detonar. Hoy reivindican a Ana María González.

A.L.: Lo que nosotros hemos querido hacer durante tantos años es contar todas estas historias que han permanecido en el olvido.

D.R.: Me parece genial, y el trabajo ha sido encomiable, sobre todo el trabajo que ha llevado a cabo Victoria Villarruel, no puedo menos que reconocerlo. Yo te hice una entrevista a vos, anteriormente, en donde me dijiste (y lo utilicé como titular): “Si hoy mi papá viviera, estaría preso”. Bien, a futuro, en caso de darse que seas diputado nacional: ¿qué harías vos por los Presos Políticos?

«Yo brego por una justicia justa, no la justicia prevaricadora. No me interesa ese tipo de justicia». 

A.L.: Yo brego por la justicia justa, no la justicia prevaricadora. No me interesa ese tipo de justicia. Yo siempre he definido que aquel que cometió un delito (no importa la ideología, no importa el quién, sino lo que hizo) tiene que estar preso. Entonces, si un militar cometió un acto deshonesto, desleal, que no raya en el honor aprendido en la vida militar, ese militar debe estar preso. Ahora, no puede estar preso por cosas que no cometió, y menos por cosas que en realidad le ordenaron, porque el concepto en la vida militar es la subordinación y la obediencia, entre otras cosas. Por eso cuando vino el indulto presidencial se hablaba de obediencia debida.

D.R.: Hoy estamos viendo que se está juzgando con leyes nuevas cuestiones que ocurrieron antes de la implementación de esas mismas leyes. Hoy, lamentablemente, estamos viendo que jueces con una preferencia ideológica, o bien con participación en el pasado dentro de organizaciones armadas, están juzgando nada menos que a sus enemigos de antaño. ¿Cuál es tu postura en este sentido?

Victoria Villarruel, presidente del CELTYV.

A.L.: Sobre eso, hay que terminar. Como decía en su momento Luis Labraña: acá estamos todos presos o estamos todos libres, pero no puede ser que un grupo esté preso y los otros estén libres, sean homenajeados, sus nombres figuren en distintos lugares específicos como el Parque de la Memoria o tengan estaciones en el subte como Rodolfo Walsh. Es decir, ¿qué le estamos dejando a nuestros hijos?

D.R.: Precisamente, en ese sentido, y más allá de lo que tiene que ver con los Presos Políticos Argentinos, con la historia del 70, los terroristas, los jueces prevaricadores y todo eso: como político, como diputado, ¿qué otras exigencias notás que emanan de la población en general?

A.L.: Hay un tema tremendo que es la inseguridad, independiente de la situación social y económica.

D.R.: ¿Qué proponés, Arturo?

A.L.: Lo que te puedo garantizar es que tenemos en el partido al que voy a representar equipos de trabajo de primer nivel, especializados, entre otras cosas, en el tema inseguridad, pero especializados en serio, porque es un tema en que no cualquiera puede estar. En la Argentina, el tema de la inseguridad viene creciendo, no disminuyendo.

D.R.: Y en lo práctico, para vos o para tu equipo de trabajo: ¿qué hace falta en materia de seguridad?

A.L.: Yo no soy de aquellos como Carlos Ruckauf, que pensaba que había que poner mano dura. Yo creo que hay que poner mano justa. Es un poco como charlamos recién sobre la década del 70.

Así Victoria Villarruel DESTROZÓ a dos exterroristas

D.R.: ¿Qué es la mano justa?

A.L.: La mano justa es que cada uno, si cometió un delito, tenga que pagar. No puede ser esa justicia que, por ejemplo, para algunos aplica el 2×1, para otros aplica los indultos y para otros no aplica ni indultos, ni 2×1, ni nada, no existe nada.

D.R.: Eso, lógicamente, en el caso del que ya está apresado. Ahora, por ejemplo, tenemos las bandas narcotraficantes o bandas delictivas en general que cuentan con un arsenal y una logística inclusive superiores a los de las fuerzas policiales. Sin circunscribirnos solamente a los que ya están presos y que tienen que cumplir sus condenas: ¿cómo los enfrentamos?

«No se puede combatir al flagelo del narcotráfico con balas de cebita». 

A.L.: Primero tenés que tener grupos especializados, así como en EE.UU. se tiene a la DEA. Son flagelos que no se pueden combatir con balas de cebita. Yo he estado relacionado con gente que ha combatido este tema de la droga y del terrorismo en Colombia, y te puedo garantizar que los elementos que tienen para combatir estos flagelos son totalmente especializados.

D.R.: No obstante, no ha dado mucho resultado que digamos. O quizás nos evitaron un designio peor a Latinoamérica, porque podrán tener todo el armamento, el arsenal y la logística, pero la delincuencia no ha sufrido cambios y estamos todos en veremos.

A.L.: Las cámaras legislativas de diputados y senadores están para hacer leyes justas, no injustas como puede ser la del 2×1, que terminaron corrigiéndola después de un montón de años. Pero no solo hacerlas, sino que se respeten y se ejecuten. La justicia tiene que actuar en consecuencia. Yo te estoy hablando del tema de la inseguridad porque me parece que es el tema más preocupante que tiene la Argentina, y, en vez de disminuir, cada vez aumenta más.

D.R.: Este fin de semana, Cristina Kirchner, que tendría que estar presa (al menos de modo preventivo; en este país donde tantos militares están presos de manera preventiva, ella no lo está), volvió a hacer un acto “multitudinario” con colectivos que vinieron de todos lados, colectivos que obviamente “se pagaron solos”. Pensando en tu visión como diputado: ¿qué habría que hacer con la cuestión de los subsidios en Argentina?

A.L.: El subsidio no se puede quitar de un día para el otro.

D.R.: Muy bien, lo mismo ha hecho Macri y la cosa sigue igual que siempre.

A.L.: Pero tiene que ser algo que se vaya reemplazando por trabajo. Acá ya no veo fábricas que se abran ni capitales que vengan.

D.R.: ¿Cómo tienen que venir esos capitales, Arturo?

A.L.: Uno de los puntos es terminar con el tema de tanta inseguridad, pero también la inseguridad jurídica. Vos tenés que crear las condiciones para que el capital vuelva y, honestamente, en dieciocho meses de Macri no hemos visto que se hayan creado esas condiciones. Por supuesto que no se crean de un día para el otro, pero hay que comenzar a trabajar. No se puede seguir alimentando a esa máquina (que es tremenda en cuanto a números) que es el tema de la masa subsidiada y, por donde miramos, vemos que ha habido corrupción. Ese es otro tema: hay que terminar con esa corrupción, pero para eso la justicia tiene que actuar. Si la justicia no funciona, no hay país que avance.

D.R.: Yo recién dije algo motu proprio, y la verdad que puedo ser un ignorante total: yo dije que Cristina Kirchner tendría que estar presa. ¿Usted qué opina?

«Así como el Congreso se reunió en un día maratónico y terminó con el tema del 2×1 por delitos de lesa humanidad, ¿no se pueden reunir y quitarle los fueros a esta gente que es corrupta y que ha damnificado el país?».

A.L.: Por supuesto. Lo que pasa es que en realidad hay que quitarle el tema de fueros a los legisladores. Se tiene que terminar el tema de los fueros. ¿Hace cuántos años que Menem tendría que estar preso? Sin embargo es senador, es presidente, y al final de cuentas el hombre sigue en libertad, y lo mismo los otros, como Julio de Vido y Cristina Kirchner. Pero en eso hay que actuar rápido. Así como el Congreso se reunió en un día maratónico y terminó con el tema del 2×1 por delitos de lesa humanidad, ¿no se pueden reunir y quitarle los fueros a esta gente que es corrupta y que ha damnificado el país?

D.R.: Muy bien dicho, Arturo. ¡Qué lindo es escucharte! Y, por lo visto, qué rápido estás aprendiendo el oficio de político. Yo soy periodista y te lo tengo que preguntar, pero ni siquiera yo sé la respuesta a esto: ¿cuál es tu perfil ideológico? ¿Cuáles son tus paradigmas políticos? Con suma honestidad, ¿cuáles son tus simpatías políticas? ¿Quién te inspira?

A.L.: Bueno, te voy a dar una respuesta que, en su momento, me dio mi padre: “Mirá, Arturo, vos tenés que ser un librepensador, no atarte a ningún partido político. Vos tenés que poder pensar qué es lo mejor para tu país dentro de lo moral y lo ético, evitando la corrupción y actuando siempre con decencia.” Hoy yo me considero un librepensador.

D.R.: ¿Pero qué pensás vos, por ejemplo, de la figura de Juan Domingo Perón?

A.L.: Mirá, como toda figura emblemática tuvo sus cosas buenas y sus cosas muy malas.

D.R.: ¿Cuáles fueron las cosas buenas del general Perón?

A.L.: La industria nacional en ese entonces, y hablo con fundamento de causa porque un tío de mi madre era el brigadier San Martín, que era peronista, fue gobernador de Córdoba y después fue preso cuando llegó la revolución libertadora. A esa casa del brigadier San Martín nosotros íbamos cuando vivíamos en Córdoba, y charlábamos. Mi padre estaba muy entusiasmado con la tecnología, con las investigaciones y con el desarrollo del país, las fábricas militares y de aviones, la industria. No te olvides del Rastrojero. No te olvides de que Argentina fue lo que hoy no es. Era una potencia, pintaba muy bien, y en esa época de Perón había esas cosas positivas. Argentina pudo ser y no lo fue.

D.R.: ¿Qué pensás de Julio Argentino Roca?

A.L.: No se pueden analizar los hechos del pasado con el contexto del presente, jamás. Si no hubiera existido un Julio Argentino Roca, dos veces presidente de la República, posiblemente la Patagonia hoy no sería argentina.

D.R.: Parece que solamente estamos hablando de militares: Perón, Roca…

A.L.: Pero podés hablar de Mosconi y de Savio, también.

D.R.: Sí, pero por lo general no son nombres tan relevantes.

A.L.: Bueno, pero para la industria argentina fueron más que relevantes. El tema es revalorizar la industria nacional y que sea altamente competitiva, como lo era en aquella época del 70, donde teníamos una desocupación del tres por ciento.

Arturo Larrabure: “Si a mi padre no lo hubieran matado hoy estaría preso”

D.R.: ¡Qué envidia!

A.L.: Bueno, hay que volver a transformar a la Argentina en la potencia que éramos y que ahora no somos. No se crea de un día para el otro, pero se crea con honestidad, sin mentir, sin promesas que no se cumplan: hay que llevarlas a la práctica. Además, se viene todo un cambio paradigmático no sólo a nivel climático sino a nivel de energía. Por eso yo estoy de acuerdo con Macri en el tema de la obra pública y el desarrollo de las energías.

D.R.: Justo es lo último que te iba a preguntar: ¿qué pensás de nuestro presidente, el ingeniero Mauricio Macri?

A.L.: Yo estoy convencido de que, cuando termine su mandato en el año 2019, Argentina va a tener obras como hace rato que no las tiene, pero lo que hay que medir muy bien es si esas obras nos endeudan de tal manera que los que vengan después vayan a tener que pagar la fiesta, como pasó tantas veces.

D.R.: ¿Cuándo hay que votar? ¿Cuándo me tengo que hacer el domicilio en la provincia de Buenos Aires para votarte?

«Yo estoy convencido de que, cuando Macri termine su mandato en el año 2019, Argentina va a tener obras como hace rato que no las tiene».

A.L.: El primer voto, si es que no lo suspenden, son las PASO. Para poder acceder a la segunda vuelta yo debería reunir 150000 votos y, después, en octubre, tendría que sumar 350000 votos. Yo no tengo experiencia en la política pero lo he charlado mucho a nivel familiar, con amigos y con religiosos, y para cambiar las cosas hay que involucrarse.

D.R.: Coincido, y ojalá que haya mucha gente que se involucre con vos, que seas ese fuego naciente, por favor.

A.L.: Hay muchos veteranos de la Guerra de Malvinas deseosos de colaborar, como la hermana del soldado Hermindo Luna. Hay mucha gente que se quiere involucrar, porque la estamos viendo pasar: ponemos la ñata sobre el vidrio y vemos que nos pasan los años, nos roban y mienten en la cara y nosotros decimos: “bueno, vamos a votarlos dentro de dos o cuatro años”, y las cosas pasan y la Argentina cada vez va peor.

D.R.: Ojalá que la próxima vez que te entreviste sea para decirte “te agradezco nuevamente lo que has hecho” y no para decirte “Arturo, me prometiste tal cosa y yo estoy esperando”.

A.L.: Yo lo único que voy a prometer es trabajo.


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