Sobre las propuestas de endurecimiento de las penas

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Por Manucho Noya Quintana

Es cierto. Endurecer las penas no es garantía de nada. El sistema no funciona bien, y son pocos los criminales que finalmente son condenados por los delitos que cometen. El sistema necesita un cambio estructural, que llevaría años de ser implementado. ¿Y mientras tanto?

Imaginemos la siguiente situación:

Te dicen que no se puede cruzar de un lado al otro de la calle, y que para evitarlo han puesto un tipo armado que les tira con balas de goma a todos aquellos que lo intentan. Vos, sentado al costado de la calle, descubrís que el tipo no tiene muy buena puntería. Acierta 4 de cada 10 disparos. Y que, como les tira con balas de goma, incluso aquellos a los que les acierta no la pasan tan mal. Les duele un rato, pero después siguen como si nada.

Vos sabés, entonces, dos cosas:

1) Que hay un 60 % de posibilidades de pasar sin que te peguen y;

2) Que incluso si te pegan, el dolor no va a ser tan grave y va a pasar pronto.

Ahora, cambiemos un poco la consigna.

Sigue estando prohibido cruzar, y sigue habiendo un tipo con mala puntería; incluso, para hacer más justo el planteo, digamos que tiene peor puntería que el anterior. Este le pega a sólo 2 de cada 10 tipos que cruzan la calle. Pero les tira con una pistola calibre .45.

Seguís sabiendo 2 cosas:

1) Que hay un 80 % de posibilidades de pasar sin que te peguen, o sea, las posibilidades de salir indemne son muy superiores, pero;

2) Que si te pegan, la vas a pasar muy, pero muy mal…

¿Te parece que es lo mismo?

¿Estarías tan dispuesto a arriesgarte, sabiendo que las apuestas son tan altas si tenés la mala suerte de ser uno de esos a los que les acierta?

Siempre, pero siempre, va a haber gente dispuesta a intentar cruzar la calle. Está en la naturaleza humana. Pero también es cierto que, como en el póquer, no todos están dispuestos a seguir jugando la mano cuando para hacerlo tienen que ir «all in». El endurecimiento de las penas no garantiza la desaparición del delito, pero seguramente disuadirá a muchos.

Fuente: Yo, opinólogo