101 años de Milton Friedman y su legado para la libertad del mundo de hoy

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Por Daniela E. Rodríguez (*)

Inspirada por la exitosa celebración continental del 101 aniversario del nacimiento del Premio Nobel de Economía Milton Friedman, organizada por la Fundación HACER con el apoyo de la Friedman Foundation for Educational Choice, me fueron surgiendo distintas preguntas relacionadas al mundo de hoy. Entre ellas: ¿si las políticas propuestas por el referido economista han sido tan efectivas, por qué ha sido tan cuestionado su trabajo hasta el día de hoy?, ¿por qué se cuestionará tanto su paso por  Chile si este país se ha convertido en el más desarrollado y libre de toda América latina? Y finalmente, la duda que realmente me ha dejado pensando durante unos cuantos días es: ¿qué hubiese dicho Friedman si hubiera visitado la Argentina de hoy?

En relación a la primera pregunta, me ha quedado claro que la amplia mayoría de los ataques dirigidos hacia Friedman, no han logrado superar el terreno de lo personal. La solidez de sus argumentos y la inusual capacidad de debatir del economista norteamericano imposibilitaron que fuera de otra forma. Una clara muestra de lo dicho es el programa especial que el periodista uruguayo Víctor Hugo Morales le dedicó a Milton Friedman en la televisión argentina desde su producción Bajada de línea, programa nro. 152 de Enero de 2013. Durante el mismo, se presentó a los televidentes una visión carente de toda objetividad periodística, donde se intentó atacar al economista como persona, intentando vincularlo a supuestas propuestas “neoliberales” que no guardan relación alguna con la escuela de Chicago, y realmente no se esgrimió ningún argumento económico contra sus propuestas. Si el análisis se hubiera centrado en evaluar la efectividad de sus propuestas económicas, habría sido realmente difícil criticarlo.

En relación a la segunda pregunta, hoy en día Chile se ha convertido en el país más desarrollado y libre de toda América latina. El prestigioso Índice de Libertad Económica de la Heritage Foundation de Washington DC, confecciona un ranking que analiza un total de 180 países del mundo, ubicándose en los primeros puestos aquellos países con mayor libertad económica y en los últimos puestos, aquellos países con menor cantidad de la misma. Chile ocupa el merecido puesto número 7 de todo el ranking, convirtiéndose así en el país más libre de toda la región. En contraposición, Venezuela ocupa el puesto número 174 y Cuba el puesto número 176. Argentina, nuestro país, se encuentra en el lamentable puesto número 160 y empeorando cada año. La conclusión final del ranking es que aquellos países con mayor libertad económica, son países donde los niveles de pobreza son más reducidos. Ninguno de los cuatro gobiernos de izquierda que administraron Chile luego de la era Pinochet, se atrevieron a dar marcha atrás a las políticas económicas aplicadas por los Chicago boys de Friedman.

Llegamos entonces a la tercera y más compleja pregunta. ¿Qué nos hubiese recomendado el Premio Nobel si hubiera visitado la Argentina K de hoy? Sería bastante difícil que Friedman comprendiera cómo los argentinos hemos permitido que se llegue a la insostenible situación económica actual, pero haremos el intento de contrastar las principales políticas económicas impuestas desde el sillón presidencial y los grandes postulados que el mundo ha heredado del gran economista.

Durante los últimos diez años, el gobierno K ha venido aislando nuestra economía del resto del mundo, desperdiciando así un momento único de bonanza económica para el principal sector de nuestra economía, el primario, y privando a nuestros consumidores de beneficiarse de las ventajas comparativas – léase acceso a productos de menor precio – de otros países y ahorrando a nuestros empresarios la necesidad de eficientizarse. La escuela de Chicago no sólo promueve los beneficios de la apertura económica para alcanzar un desarrollo sostenido, sino que sus seguidores lograron abrir, con gran éxito y de manera unilateral, las fronteras de Chile a todos los productos provenientes del resto del mundo.

Probablemente, al célebre economista norteamericano le parecería insólita la manera en que el actual gobierno ha logrado ahogar con sus canibalescas políticas recaudatorias, las que otrora fueran importantes industrias: la ganadera y la cerealera, por ejemplo – que nos llevó en su momento a ganarnos el título de “granero del mundo” – mientras que hoy los argentinos debemos importar trigo para satisfacer la demanda interna de pan. Por el lado del gasto, si Friedman pudiera analizar de cerca los detalles relacionados a la batería de subsidios, estatización de empresas y costosísimos planes sociales que la administración K ha puesto sobre los hombros de los contribuyentes argentinos, realmente se escandalizaría. “No existe tal cosa como un almuerzo gratis” fue la máxima de Friedman que refutó la existencia de los servicios públicos “gratuitos” y que llamó a mantener  minimizado el tamaño del gasto público.

Indudablemente, nuestro homenajeado se hubiera quedado perplejo si hubiese escuchado a Cristina Fernández de Kirchner – y a una de sus cómplices, Mercedes Marcó del Pont, actual Presidente del Banco Central de la República Argentina – afirmar que la emisión monetaria no guarda relación alguna con la inflación. Recordemos que fue Friedman quien estableció un postulado fundamental al respecto: “la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario”. Si el genial economista estuviera equivocado, los gobiernos de los países pobres del mundo podrían emitir una gran cantidad de moneda y repartirla entre todos sus ciudadanos, acabando de ese modo con la pobreza de una vez y para siempre.

Conociendo el monumental legado de nuestro visitante en el ámbito  educativo, seguramente se hubiera interesado en conocer las características de nuestro sistema escolar. Aquel sistema que tiene la responsabilidad de capacitar a los más jóvenes para alcanzar el éxito laboral, e idealmente prepararlos para elegir en el futuro a quienes administren mejor nuestro país. Y quizás en este terreno se encontraría con la mayor desilusión: no sólo no hay ningún tipo de debate constructivo en relación a la calidad de nuestra educación, a la capacitación de los docentes, o a la posibilidad que los padres puedan optar por pagar colegios privados con fondos públicos – los exitosos vouchers educativos cuya utilización propuso el Nobel – sino que el actual gobierno ha logrado manipular el contenido de los planes de estudio para diseminar un discurso único apuntado a demonizar la economía de mercado, la libre empresa, las instituciones democráticas, a acabar con todo rasgo de educación cívica y a alimentar un malintencionado revisionismo histórico, con el objetivo de producir generaciones enteras de jóvenes que no vean la necesidad de cuestionar los atropellos de los que somos víctimas e incapaces de evitar que el actual gobierno se eternice en el poder.

Comprendiendo la importancia de las contribuciones de Milton Friedman al ámbito de las políticas públicas exitosas, se puede entender claramente por qué regímenes autocráticos como la actual administración K en Argentina, acostumbrada a impulsar medidas populistas y a imponer todo aquello que el socialismo del siglo XXI le dicta desde el exterior, le tienen miedo a las enseñanzas del premio Nobel de economía 1976. Ya disipadas las dudas, promovamos su gran legado de libertad.

Daniela E. Rodríguez es Licenciada en Ciencia Política egresada de la Universidad de Villa María en Córdoba, Argentina y colaboradora del equipo de investigación de la Fundación HACER de Washington DC.

Fuente: HACER