Argentina – Irán: comunión de terroristas

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Y, sí… lo único que le falta a este gobierno es alinearse con Irán.

Amiga indiscutible de las respectivas dictaduras de Venezuela, Cuba, Bolivia, Angola y la ex Libia de Khadafi, ahora por orden de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, nuestra cancillería fue instruida para entablar diálogo con Irán de Ahmadinejad, no sólo acusado por promover el terrorismo en todo el mundo sino también por orquestar las voladoras de las embajadas de Israel y de la AMIA en nuestro país durante los 90. Mientras que la ONU persigue al régimen islamista para evitar que desarrolle armas nucleares, nosotros nos sentamos con Irán a tomar el té. ¡Bárbaro!

«Espero resultados de esa reunión, resultados de la manifestación que ha hecho la República de Irán de querer colaborar con el esclarecimiento del atentado», explicó la jefa de Estado argentina en la ONU. Hay información de sobra de que no sólo ciudadanos sino también autoridades iraníes participaron del ataque terrorista a nuestro país.

En 2010 y 2011, Argentina había sugerido en la ONU que los juicios se realicen en un tercer país, asunto que sería revalidado mañana en el encuentro en el que participará Timerman. Tanto en las ocasiones indicadas como en la actual (Irán mismo sugirió esta vez un acercamiento con Argentina para “esclarecer” el asunto), la comunidad judía local esgrimió su más enérgico rechazo al diálogo argentino-iraní.

Mi opinión

No son pavos los judíos. Con todo el extenso “prontuario” terrorista que acarrea la facción gobernante (y la de Irán también), están con todo el derecho del mundo a desconfiar del resultado que vaya a ofrecer la comunión de las cancillerías de ambos países.

Por supuesto que el diálogo es el camino para resolver todos los conflictos que aún afligen tanto a las víctimas de los dos ataques terroristas en nuestro país durante los noventa como a todo el conjunto de la sociedad argentina, cuya soberanía aún permanece burlada impunemente por los asesinos iraníes y su variada camada de cómplices locales.

No obstante, perdonen mi falta de Fe al respecto; yo estoy con los judíos en ésta. Ya que a juzgar por los dialogantes, me parece que una reunión entre las cancillerías argentina e iraní, más que arrojar luz al respecto de los desgraciados atentados, terminará siendo (¡salud!) un alegre copetín de amistades, colegas, anécdotas de lo más interesantes…

Ojalá me equivoque. Pero no.