Cristina, lista para otra «batalla» contra la Justicia argentina

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Entrevista al Dr. José Console, presidente de la Agrupación de Abogados «Presencia y Acción» de la ciudad de Buenos Aires.


«Prepárense para otra batalla más», dijo la presidente Fernández, en un acto político en Córdoba, con motivo de conmemorarse los 400 años de la universidad mediterránea. Al otro día, en otro acto político en la ciudad de Rosario, a los pies del Monumento Nacional a la Bandera, volvió a la carga con el mismo ímpetu entre alcohólico y belicista. No le importó que se tratara de una fiesta cívica (el Día Nacional a la Bandera); ella lo convirtió en evento partidario. Sólo una semana más tarde, la misma fiebre esquizoide; esta vez en Entre Ríos. «¡Artigas quería ser argentino… y no lo dejaron, <<carajo>>!», fustigó, frenética, como si los culpables de eso estuvieran tramando algo a media cuadra.

En fin, la presidente está dolida, cual tigra que arrastra una espina en una de sus garras. Su ánimo es furibundo, rancio, peligroso. Es, pues, capaz de cualquier cosa. Por ello que no debe tranquilizar a nadie, por ahora, que la Corte Suprema de Justicia haya declarado (nada menos que) inconstitucionales las reformas que el kirchnerismo pretende sobre la justicia argentina. Y por ello que exhorta a su recua de aplaudidores a que “se preparen” para otra batalla más. La presidente no se ha dado por vencida… ni aún vencida.

No obstante, el doctor José Console, presidente de la Agrupación de Abogados “Presencia y Acción” (Bs. As.), ha dicho, en exclusiva, a DAVIDREY.com.ar: “Yo todavía no soy tan pesimista. Yo creo que estas nuevas denuncias públicas sobre hechos de corrupción trascendentales van a recibir un tratamiento disímil a las anteriores. Sobre todo porque es  la misma Justicia la que ha sido víctima de la manipulación del Poder Ejecutivo”.

La Agrupación “Presencia y Acción” nació en el año 85, fecha en que se creó el Colegio Público de Abogados por Ley Nacional. Tiene por objeto generar un polo de debate en materia de justicia y Consejo de la Magistratura. Es una institución totalmente apartidaria, confirma Console, a la vez que asegura que está compuesta por personas provenientes desde distintos sectores políticos. “Las reformas que pretende el kircherismo no son más ni menos que un abuso de poder en beneficio de la cúpula dirigencial y en detrimento de los derechos individuales de la gente. Esta manipulación de la Justicia, a través de una reforma absolutamente inconstitucional, lo único que pretende es generar un nicho de impunidad para los actuales dirigentes”, señala Console.

Palacio Justicia ArgentinaAsí como el kirchnerismo no tiene reparos al momento de desnaturalizar algunos aspectos vitales de la vida e, incluso, la cultura de los argentinos (convertir en evento partidario una fiesta cívica, por caso, o, bien, entonar nuestro himno nacional con música de cumbia, todo lo cual resume tanto en una bazofia como en un insulto), con el mismo empeño pretende encubrir sus abyectas ambiciones de impunidad al momento de cernir con denominaciones “alegres” o “simpáticas” al juicio de las masas a programas sobradamente inescrupulosos. Aquello que a grandes rasgos se entiende como una “dictadurización” de la Justicia, el kirchnerismo lo presenta como a una “democratización” de la misma.

“Mucha gente piensa que por «democratización» vamos a tener una justicia mejor”, reflexiona Console. “Pero yo me pregunto si este paquete de reformas permitirá modernizar los procesos, y la verdad es de ninguna manera será así. Lo único que permite es tener mayorías espurias. Ellos han politizado toda esta cuestión cuando en realidad la Justicia tiene que estar alejada de la política en cuanto a mantener su independencia. No fue pensada para tener una justicia independiente sino ‘amañada’ a los intereses del poder de turno”.

En este sentido, el presidente de “Presencia y Acción”, prosigue: “Hoy en día ya de por sí la gente no tiene un buen concepto de la Justicia. El kirchnerismo se ha abusado de esta situación para generarse un beneficio propio. Una justicia democrática con real participación del pueblo debería haber centrado la discusión en un tema tan importante como el Proceso Penal arribando al juicio por jurado. Este paquete de leyes no lo contempla de ninguna manera. Las reformas tienen un solo propósito: proteger al Estado frente al reclamo de los ciudadanos”.

Presencia y AcciónLo cierto es que, por más desbaratado que se halle el propósito “K” de eternizarse en el poder, el oficialismo (en complicidad con varios sectores opositores) persiste en arbitrar medidas que, a futuro, simplemente serían funcionales a un sistema autocrático de gobierno. Cuando la presidente habla de “profundizar el modelo” (otro eufemismo más), en realidad nos habla de afianzarse ella en el modelo, para lo cual el paso que sigue es la violación de nuestra Carta Magna. A este respecto, dice Console: “Si persisten en el empeño de reformar la Justicia, más allá de la inconstitucionalidad de lo mismo… ¿qué reparo van a tener para reformar la Constitución con miras de permitirle la re-reelección a la presidente?”.

“Yo también estoy de acuerdo con que hay que reformar la Justicia, por supuesto. Pero como abogado con más de 35 años de ejercicio profesional, entiendo que la reforma de la misma tendría que pensarse para agilizar los procedimientos, hacerlos más rápidos y efectivos, no al contrario. ¿A quién le sirve una Justicia que se expida en quince años como por ejemplo lo es el caso del ex presidente Menem que, hallado culpable, ya ni siquiera va a ir en prisión?”. En rigor, “las Cámaras de Casación van a generar una instancia más para dilatar los procesos judiciales, sobre todo aquellos en los que esté comprometida la responsabilidad del Estado”. Verbigracia, “para no hacer frente al pago de los jubilados, perversamente el gobierno espera a que los mismos se mueran. Qué mejor, entonces, que agregar una nueva instancia judicial… y que los jubilados no cobren nunca más”.

En conclusión, el kirchnerismo se caracteriza por algo que no ha caracterizado a las anteriores gestiones de gobierno: pensar a largo plazo. El problema es que piensan en su propio beneficio y no en el del país que gobiernan. Lo mismo que con otras deformaciones por el estilo, las reformas que pretende el oficialismo sobre la Justicia equivalen a “abrir el paraguas” antes de la enorme lluvia de juicios que les espera en los más diversos órdenes, desde los jubilados a los miles de bonistas estafados. El kirchnerismo ya se siente “eternizado” en el gobierno, de ahí que opere en procura de esa pantomima autocrática con la que sueña.

Lo grave de todo esto es que, en tanto, se sienta en el derecho de desafiar ya no sólo al dictamen de la Corte Suprema de Justicia, sino también a la misma Constitución, y que exhorte a prepararse “para dar otra batalla más”. Si la misma presidente decreta que el fallo de la Justicia – que a su vez se fundamenta en lo expuesto en la Carta Magna – es tramposo e insiste con seguir peleando contra la misma, ¿cuán democrático y constitucional es un gobierno cuyo (des)propósito apunta nada menos que a subvertir nuestras leyes?

En el año 1994 se creó el Consejo de la Magistratura para “despolitizar” a la Corte Suprema de Justicia. La falsaria “democratización” no conduce a otra cosa que a volver a politizar el funcionamiento de la misma. Los jueces serían elegidos por políticos antes que por personas competentes en la materia. ¿Cuánta confianza puede originarnos que la actual caterva de inútiles (léase “políticos”) sea la que decida el destino de la Justicia argentina?


¿En qué consiste, puntualmente, la «democratización» de la Justicia? 

Entrevista a la Dra. Marcela Etchart, integrante de la Agrupación «Presencia y Acción». En la muy breve charla, nos explica con precisión y en un lenguaje llano en qué consisten las reformas que pretende el kirchnerismo sobre el sistema judicial.