El periodista David Rey (DAVIDREY.com.ar – Periodismo> para periodistas) no sólo que asistió al 40° Aniversario de la Masacre de Rosario, sino que además contó con su espacio para pronunciar un discurso. A continuación puede apreciarse el mismo (se incluye transcripción).


Cuando se menciona la expresión “terrorismo de Estado” se presupone de inmediato al año 1976 como el momento donde lo mismo tuvo su nacimiento. Entonces, todo cuanto haya ocurrido queda relegado a un lugar de menor importancia, los más de veinte mil atentados terroristas perpetrados por los ejércitos subversivos son en cierto modo indultados en función de un monstruo mayor: el terrorismo de Estado.

Se estima que uno es peor que el otro porque se trataría de la aplicación sistemática del terrorismo nada menos que desde el Estado mismo. Pues bien… llegó la hora de aceptar la consigna del enemigo y por lo tanto asumir que efectivamente hubo en Argentina terrorismo de Estado. Eso sí, deberemos considerar una digresión: el terrorismo de Estado no tuvo fecha de “estreno” en el año 1976, sino un poco antes.

Por ejemplo, en el año 1973, apenas asumió el gobierno el efímero presidente Héctor Cámpora, no sólo que abolió al único organismo jurisprudencial con competencia para juzgar y condenar al terrorismo, sino que además liberó a más de 2 mil terroristas que habían sido juzgados y condenados como la ley manda. De la noche a la mañana, todas las dependencias gubernamentales se vieron avasalladas por los terroristas y los jueces de la Cámara Federal en lo Penal fueron asesinados o debieron de inmediato emigrar de este país. Señores, que no nos engañen… ¡Eso es terrorismo de Estado!

david-3Ya con el peronismo nuevamente en el poder de ninguna manera se pretendió volver a instaurar la Cámara Federal en lo Penal, sino que se les hizo frente a las organizaciones guerrilleras con la creación de la Triple A, una fuerza ilegal a la que se le adjudica más de 900 desapariciones. La misma democracia fue la que decidió combatir a los terroristas “por izquierda”, de manera ilegal. Mal que les pese a muchos, esto también es terrorismo de Estado.

Por otra parte, es un error pretender minimizar los crímenes de las organizaciones terroristas con el lema de que “del otro lado hubo terrorismo de Estado”, toda vez que nunca en la historia de este continente ejército alguno recibió tanto apoyo de distintos estados del mundo. Chile, Cuba, Libia, Palestina, por citar sólo algunos, fueron los Estados que brindaron apoyo financiero, logístico y militar a los terroristas para que atacaran nuestro país con la intención de derrumbar nuestra democracia y fundar una dictadura comunista. No sólo que las organizaciones guerrilleras también cometieron el mentado terrorismo de Estado, sino que además fueron el vector para que otros estados llevaran a cabo el terrorismo en Argentina.

El atentado del 12 de septiembre de 1976, donde fallecieran 11 personas inocentes, configura perfectamente dentro de lo que venimos diciendo. Fue un acto de terrorismo de Estado no tanto por el atentado en sí como porque a medida que se fueron sucediendo los gobiernos, uno tras otro, no sólo que nunca hubo justicia para las víctimas de la tragedia, sino que sus propios verdugos han sabido desfilar repetidamente por el escaparate político. La dictadura que no pudieron imponer por la fuerza las organizaciones terroristas la han logrado instaurar por medio de la constante infiltración de los cuadros subversivos en nuestras instituciones. Si los terroristas de ayer hoy están enquistados en los distintos estamentos gubernamentales y además se dan gusto de encarcelar a los que combatieron antaño contra la subversión, ¿no es el nuestro un Estado terrorista?

Cae de maduro entonces que el propósito de estigmatizar a las distintas fuerzas de seguridad en nuestro país con la cuestión “terrorismo de Estado” no es otro que el de disfrazar el mismo terrorismo de Estado que las organizaciones guerrilleras llevaron a cabo no sólo en los años 70 sino también durante todo este tiempo. ¡A ellos hay que juzgarlas por crímenes de Lesa Humanidad y no a quienes nos defendieron del terrorismo internacional!

Hoy se cumplen 40 años de la Masacre de Rosario, el mayor atentado terrorista dentro de la provincia de Santa Fe y el segundo en magnitud de todo el país, pero también se cumplen 40 años de que el Estado argentino, por más triste que resulte, mira para otro lado. Se cumplen 40 años de injusticia, de infamia y de impunidad. Las autoridades nacionales, provinciales y municipales que hoy, como todos los años, nos honran con su ausencia con toda franqueza nos están diciendo que el terrorismo de Estado no es ya una pátina del pasado sino más bien una condena del presente.

40 años después de la tragedia, a pesar de tanta ignominia, los sobrevivientes del 12 de septiembre y los familiares de los caídos conservan intacto el sentido de justicia. Por eso estamos acá. Acá, para que lo tengan bien presente, acá nadie se ha rendido, y si la mentira, la estafa y la impunidad hoy son las armas con que el enemigo sigue al acecho, pues que el enemigo sepa que nuestras armas son la verdad, el coraje y la convicción cada día más fortalecidos.

Por último, es oportuno que nos dirijamos al señor presidente de los argentinos, Mauricio Macri. Señor presidente, incluso aquellas personas que no le han votado y que no votaron a la mafia kirchnerista, incluso aquellas han depositado su esperanza en usted. Nunca fue tan necesario en nuestra historia reciente acabar con esa escoria narcotraficante. Señor presidente, usted prometió textualmente “acabar con el ‘curro’ de los derechos humanos”. Señor presidente, qué le ha pasado… ¡qué le ha pasado que hoy somos nosotros los que le pedimos a usted que sea usted el que se deje de embromar con el “curro” de los derechos humanos!

Por favor, señor presidente, no estafe usted también la esperanza de las víctimas del terrorismo y la de millones de argentinos que soñamos un país con justicia, el que usted nos prometió, el que nosotros votamos y aquel por el que nunca vamos a dejar de luchar, sea usted nuestro aliado o sea usted, presidente, nuestro enemigo. Usted elige, señor presidente, ser parte del futuro o ser parte de las mafias del pasado.


La cobertura del acto completo puede apreciarse haciendo CLIC AQUÍ.

Compartir