El Fiscal Nisman y el Juez Far Suau, dos mártires de la Justicia argentina

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Escribe: Carlos Viana

Recordaremos en esta nota a dos funcionarios que dieron la vida por su vocación de Justicia y que son un ejemplo a seguir para los jueces y fiscales, quienes en buena proporción no hacen honor a la majestad del cargo que ocupan. También analizaremos información que no ha sido tratada con la debida relevancia.

Alberto Nisman

El Fiscal de la República

Alberto Nisman se enfrentó solo contra una gobernante autoritaria, violenta y toda la estructura formal e informal que le respondía, contra un gobierno iraní terrorista y contra las bases del terrorismo fundamentalista en Uruguay.

Luis Almagro, sospechoso no investigado

Entre los antecedentes no investigados del asesinato de Nisman, están las vinculaciones de grupos fundamentalistas iraníes del partido Unidad Popular y del Frente Amplio que actúan en Uruguay, vinculados al ex canciller de esta República y ahora Secretario General de las Naciones Unidas, Luis Almagro, quien fue diplomático de su país en Irán.

De acuerdo a denuncias de la diputada Carrió, el actual Secretario habría contado con el apoyo diplomático indirecto del gobierno Iraní y de uno de los jefes de inteligencia de dicho país, Moshe Rabani (autor ideológico de los atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA, en Buenos Aires), para el cargo que ocupa en la OEA.

El 11 de abril de 2011, Almagro se había reunido con el entonces Presidente Irani Mahmud Ahmadineyad, agradeció los esfuerzos de la República Islámica para establecer la justicia social y agregó que si todos los gobiernos respetarán estos principios como Irán, no habría ningún problema a nivel mundial. Este Secretario General de la OEA, que pretende darnos lecciones sobre derechos humanos, se olvidó de los atentados contra la Embajada de Israel de Buenos Aires y la AMIA.

Siguiendo con sus coincidencias con el régimen iraní, Almagro, como canciller, medió para que prisioneros en la base  de Guantánamo, acusados como terroristas fundamentalistas, pudieran exiliarse en Uruguay. Tanto el Frente Amplio al que pertenece Almagro como la extrema izquierda uruguaya de Unidad Popular defienden al régimen Iraní.

¿De qué información dispone Luis Almagro sobre los atentados terroristas contra la Embajada de Israel en Buenos Aires y de la AMIA?

Pero más directamente debería tener información sobre los asesinos de Nisman, teniendo en cuenta que él era todavía canciller cuando se produjo el crimen y que, según las denuncias de Elisa Carrió, parte de los asesinos habrían tenido una reunión en el Buquebus que une Buenos Aires con Montevideo.

Pasando a otro aspecto no expuesto suficientemente: ¿por qué el abogado de Lagormasino está tan preocupado porque la fecha del asesinato sea establecida el 18 de enero y no el 17 como sostiene la querella? Si Lagomarsino es inocente no tendría por qué preocuparle tanto la fecha, que su abogado defiende desesperadamente.

La credibilidad de la fiscal Fein, de la jueza Palmegiani y del periodismo en general en las declaraciones contradictorias y poco creíbles de Lagomarsino, es sorprendente. Él es el vínculo más directo que se tiene con el asesinato, junto con los dos custodios de la Policía Federal. Ellos deberían tener conocimiento sobre quiénes tuvieron acceso al departamento de Nisman. Lagomarsino, además de proporcionar el arma asesina, podría haber abierto la puerta al asesino y también queda dentro de los sospechosos del crimen. Tanto él como los dos custodios de la Policía Federal en ese momento de guardia deben ser especialmente protegidos porque están en peligro y deberían estar imputados en la investigación del asesinato.

Jaime Far Suau

Un antecedente sugestivo: el juez Jaime Far Suau también estuvo solo.

Menos de 2 meses antes de las elecciones legislativas de 1987, sugestivamente robaron las manos del General Perón. Para ese entonces, las encuestas le daban mal a los candidatos alfonsinistas, lo cual fue confirmado por los resultados.

Las manos de Perón, en el Cementerio de la Chacarita, fueron amputadas y desaparecieron junto a otros objetos.

¿Se buscaba con este operativo provocar desmanes violentos por parte de los seguidores del General que afectaran las preferencias del electorado?

Sus destinatarios no vieron en riesgo ni su poder ni sus bolsillos y el honor podía descartarse.

La señora Lucía Alberti, administradora del cementerio, había sido nombrada por el Ministro del Interior Enrique Nosiglia. Lo sugestivo es lo que sigue.

Asesinatos vinculados

Paulino Navarro, cuidador del cementerio, denunció que lo querían matar. Paulino apareció muerto. El Juez Far Suau comprobó que no había sido un paro cardíaco sino que lo habían matado a palazos. Determinó, además, que el médico que firmó el certificado de defunción como paro cardíaco no existía.

La Señora María del Carmen Melo, que cuidaba la tumba del General, quiso declarar sobre un sospechoso que había visto y murió debido a una golpiza, que le provocó una hemorragia cerebral.

El Comisario Carlos Zunino, de la seccional que cubría la Chacarita, sintió ruidos en el fondo de su casa y cuando acudió un asaltante le disparo un tiro en la frente. La bala se abrió en su frente y esto le salvo la vida. Otras personas vinculadas al hecho murieron misteriosamente.

El accidente de Far Suau

Sin embargo, el asesinato más notorio derivado del robo de las manos del General fue el del Juez Jaime Far Suau, que investigaba el hecho de marras. El peritaje del supuesto accidente donde murió no se hizo.

Far Suau tenía a su cargo la investigación del caso del robo de las manos del General. Viajó a España de donde regresó con resultados importantes para dar con los instigadores del delito. No pudo: murió en un supuesto accidente mientras volvía de Bariloche junto a su mujer, el 28 de junio de 1988. El hijo de ella, entonces un niño, dijo que escuchó una explosión y perdió el conocimiento. El tanque del Sierra Ghia estaba a 20 metros de distancia, lo cual probaría que no fue la explosión de éste sino una bomba incendiaria lo que provocó la muerte de la pareja.

Maximiliano Guaita, hijo de la mujer del Juez, que murió junto a él, en aquel momento un niño, declaró que solo escuchó una explosión y que después vio todo negro. Horas después se despertó en el hospital donde lo atendieron. También declaró que anteriormente al accidente había sido testigo de un balazo destinado a Far Suau, que le paso cerca.

Coincidentemente, otro funcionario que colaboraba en la investigación con Far Suau, el jefe de la Policía Federal Juan Ángel Pirker, fue encontrado muerto en su despacho aparentemente por un ataque de asma.

Las investigaciones que Far Suau había traído de España desaparecieron.

EL juez Alberto Baños reabrió la causa en 1994 debido al hallazgo  de un juego de doce llaves de la tumba del General, en la Comisaría 29ª.

Debemos agregar las amenazas sufridas por el Juez Alberto Baños y que robaron tres cuerpos del expediente como de la computadora personal del magistrado.

La SIDE tenía entre sus miembros a un denunciado como sospechoso del robo de las manos, y además amigo del entonces Ministro del Interior Enrique Nosiglia. Facundo Suarez Lastra, jefe de la SIDE, lanzó públicamente la versión de que había sido un operativo de la derecha. Muy amplia la información de Suarez Lastra. Pero nada se investigó sobre la muerte del Juez Far Suau.

Dos presidentes supuestamente democráticos, dos asesinatos sin resolver, ambos mezclados con el poder político. Por esto y mucho más me cuesta admitir que vivimos en un régimen democrático. Los gobiernos, desde el de Alfonsín hasta el de los Kirchner, tuvieron legitimitad de origen pero no de ejercicio, ya que las libertades, seguridad y propiedad de los argentinos no fueron respetadas. Esperamos que el actual gobierno continúe removiendo los obstáculos que impiden que se cumpla nuestra Constitución y, entonces, cuando las libertades individuales sean protegidas por la división de poderes y una cultura libre, será señal de que vivimos en una democracia.