Escribe: David Rey
Muchos todavía no se han dado cuenta de lo que significa para este país el hecho de que la doctora Victoria Villarruel sea diputada. Algunos porque no pueden aún salir del sopor de tantos años de olvido y de desprecio; otros, lamentablemente, porque -además de lo primero- no logran sobreponerse a las propias miserias ideológicas o cosas por el estilo. Lo que muchos no pueden advertir, en definitiva, es «el milagro» que significa que, PRECISAMENTE EN ARGENTINA, podamos decir que contamos con Victoria, nada más y nada menos… que allí, donde tanta falta nos hacía ese aliento, esa esperanza. Ahí, en la política, donde antes no existíamos.
El 24 de Marzo que pasó fue el mismo circo pagado de siempre. Millares de personas que no sabrían responder qué día es mañana o qué presidente hubo antes de Alberto Fernández, copando los principales lugares del país para que los principales medios informativos puedan sacar esa fotito falsaria que habilita a «la casta política (y judicial)» a seguir robando con el «curro» de los Derechos Humanos. Cada 24 de Marzo, desde hace tanto tiempo, es una profundísima fecha patria… pero la fecha patria de los impostores, de los terroristas y de los mercaderes del sufrimiento y la ignorancia del pueblo argentino. Pero este último 24 de Marzo resulta que no fue tan así.
Victoria Villarruel, «la diputada de Milei», no se metió en política para hacer borrón y cuenta nueva, pactar con cualquier energúmeno y olvidarse del trabajo y el compromiso erigidos durante más de veinte años. La presidente del CELTYV (Centro de Estudios Legales Sobre el Terrorismo y sus Víctimas) tiene un propósito que está arriba de todo e, incluso, por sobre ella misma. En el país de la mentira, la hipocresía y el desprecio a las (verdaderas) víctimas de los años 70, en el país donde prácticamente no hubo un solo político que no se le haya reído en la cara a los familiares de las personas que fueron muertas o secuestradas por los terroristas de ERP y Montoneros… créanme que el hecho de que Victoria sea nuestra diputada, es un verdadero milagro. Si me lo contaran, no lo creería… Realmente no lo creería. Pero es verdad: Victoria Villarruel es diputada y, por si fuera poco, no solo que no se olvida de «sus» víctimas sino que, además, las trae a recuento, en la Cámara de Diputados de la Nación, el día que más son insultadas por los políticos, los jueces y los medios masivos de comunicación. ¿No es increíble?
No los sigo cansando con consideraciones personales. Les pongo el video de Víctoria para que se emocionen por sí mismos (y, abajo, la transcripción de su homenaje). Gente, aprovechemos a Victoria… Exprímanla. Que tenga pesadillas con nosotros. No la dejemos descansar un minuto. Es la mujer que se anima a todo. Es la persona que lleva consigo el reclamo de JUSTICIA de miles y miles de argentinos que fueron (y que siguen siendo) víctimas del terrorismo en Argentina, esa malaria moral e ideológica que tiene aún a todo un país secuestrado desde hace cuarenta años. Hoy tenemos nuestro lugar en la Cámara de Diputados, donde nunca imaginamos que podríamos llegar. ¡Aprovechémoslo y hagámoslo valer!
Gracias, señora presidente.
Quiero brindar un homenaje a quienes, en Argentina, se les niega el derecho a la memoria cada 24 de Marzo. Me refiero a las víctimas del terrorismo, es decir, a cada argentino y extranjero que fue asesinado, secuestrado, herido, volada su casa con bombas por organizaciones armadas como Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
17380 víctimas del terrorismo causaron estos grupos armados desde 1969 a 1979. Pero no se los recuerda porque en Argentina los ‘derechos humanos’ son selectivos y sólo se le reconoce el derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación a algunos, mientras a otros se les niega sistemáticamente en democracia todos estos derechos.
Por eso quiero recordar y dar homenaje a Juan Eduardo Barrios, un niño de tres años asesinado por Montoneros. Quiero también dar homenaje a Cristina Viola y a su padre, el Capitán Humberto Viola, asesinados en democracia por el Ejército Revolucionario del Pueblo. A Paula Lambruschini, de quince años, (que fue) volada por una bomba mientras dormía, (atentado realizado) por Montoneros. A Laura Ferrari, de 18 años, una estudiante de Ciencias Económicas que fue asesinada con un coche bomba frente de la universidad en la que estudiaba. Quiero recordar a cada una de estas víctimas a las cuales, en nombre del derecho, a la memoria y los Derechos Humanos, se les han violado sus Derechos Humanos sistemáticamente.
Quiero rendir homenaje a José Ignacio Rucci, a quien ningún peronista de esta casa (Cámara de Diputados) recuerda. Quiero rendir homenaje a Arturo Mor Roig, al que ningún radical de esta casa recuerda. A David Kraiselburd, a Mario Alpern, que fueron asesinados por ser judíos por Montoneros. Y todos estos asesinatos, heridas, secuestros, bombas, copamientos de pueblos, ataques a unidades militares fueron hechos en nombre de una revolución que el pueblo argentino no les pidió.
La mayoría de estos ataques ocurrieron en democracia contra los gobiernos de Perón, Cámpora, Lastiri y Martínez de Perón, es decir, durante la vigencia de los gobiernos constitucionales. Por eso, quiero recordar a cada uno de los inocentes asesinados, heridos, secuestrados, y les reclamo a cada uno de los miembros de esta casa que dejemos de tergiversar la historia, de negarle la memoria a estos inocentes y de reconocer, debemos reconocer que los Derechos Humanos son para todos, no solo para los amigos o los que piensan igual.
Muchas gracias«.
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