Por Nicolás Turdo (*)
¿Es el kirchnerismo el peor administrador de la cosa pública de la historia argentina? Se podría decir, rotundamente, que sí. Todo el tiempo escuchamos frases autorreferenciales que hacen alabanzas a Néstor Kirchner por el supuesto “pago de la deuda”. Pero puede que sea la falacia más grande del gobierno kirchnerista.
Veamos. Nunca en la historia de Argentina se ha recaudado más que en estos últimos diez años de gobierno.Un estado que avanza sobre la libertades individuales, expropiando y confiscando sin límite alguno. Sin embargo el país tiene miles de deudas…
Nos estamos refiriendo a las deudas por juicios entablados contra el país, que van desde casos nacionales hasta internacionales, de particulares hasta colosos empresariales.
Para darnos una idea de que monto estamos hablando, se puede tomar como referencia que las reservas del Banco Central son de unos casi US$ 39.000 millones. Y los reclamos a los que me refiero llegan a unos 77.000.000.000 de dólares, es decir mucho más que todas esas reservas. Y esto haciendo abstracción de que, de ninguna manera, los gobiernos pueden usar fondos de un órgano independiente, como un banco central, para pagar deuda pública. En este sentido, ya sabemos que los fondos de los bancos centrales son los activos que respaldan el pasivo de la base monetaria. En otras palabras, es el respaldo que tiene una moneda ante la confianza (o desconfianza) de la gente.
Y bien, estas cifras son demostrativas del coloso pasivo que está dejando la supuesta “década ganada” del kirchnerismo. Más claro aún: un país, virtualmente, fundido.
LOS JUICIOS Y DEUDAS
Analicemos brevemente los juicios que está afrontando la Argentina: son innumerables.
Estados Unidos, Europa y los mismos argentinos le hacen juicios a un gobierno que se extralimitó y avasalló todas las reglas de juego, tanto privadas como públicas, es decir verdaderos atropellos que pulverizaron la seguridad jurídica de la nación.
Dentro de los casos más relevantes se encuentran, en cifras aproximadas y agrupando según el tipo de deuda:
En tribunales internacionales:
- Los jugosos US$ 11.177 millones de bonistas que no entraron a los leoninos canjes. Ciertamente, están muy bien defendidos por el juez Thomas P. Griesa, de la Corte del Distrito Sur de New York. Pueden llegar a ser unos US$ 20.000 si se le suman los intereses caídos.
- US$ 9000 millones en deuda de la Argentina al Club de París.
- Tramitados en el CIADI (Centro Internacional de Arreglos de Diferencias relativas a Inversiones), con sede en Washington:
- US$ 8.000 millones del juicio de Repsol por la confiscación de YPF.
- US$ 1.560 millones del juicio de Marsans por la estatización de Aerolíneas Argentinas.
- US$ 400 millones de otras demandas internacionales menores.
En el orden local:
- US$ 23.600 millones de los fondos que administraban las AFJP que, si bien eran de propiedad de los aportantes (futuros jubilados), fueron confiscados sin compensación alguna. Es claramente, un pasivo contingente que se producirá en función de reclamos judiciales.
- US$ 10.100 millones en demandas previsionales, de jubilados que exigen reajustes en sus haberes.
- Juicios por accidentes en transporte público. El caso más conocido es el de las víctimas de la «Tragedia de Once», donde el costo más grande fue la incalculable pérdida de 51 vidas y los más de 700 heridos que quedaron. Se calcula unos US$ 500 millones que el estado deberá pagar de indemnizaciones.
- Unos US$ 400 millones de juicios de empresas mineras.
- US$ 2000 millones, asignados en el presupuesto 2013 a pagarle a Venezuela.
- US$ 1800 millones a PdVsa por deudas de compra de fueloil.
¿Cómo es que, prácticamente, no se hable de todas estas multimillonarias deudas, en un país donde el día a día es una montaña rusa de noticias, los juicios son como fantasmas que nadie ve ni escucha salvo los propios perjudicados, a los que el gobierno responde con oídos sordos? ¿Ejemplos? A los jubilados les alargan los juicios esperando que mueran antes de llegar a un acuerdo o la aplicación de las sentencias. A los españoles de Repsol se les ríen en la cara intentando imponerles una suma mucho menor a la que deberían pagarles (y, sin embargo, no les pagan nada). A los bonistas estadounidenses que alguna vez depositaron su confianza en la Argentina les dicen, despectivamente, “fondos buitres”. Mientras tanto, todas las empresas estatales son deficitarias, la única manera de hacerle frente es mediante la coerción vía impuestos a un nivel nunca visto en el país, impuestos que el gobierno despilfarra en planes sociales y subsidios a empresas amigas.
¿Quién se va hacer responsable de estas deudas millonarias? El kirchnerismo seguro que no. ¿Quién es el que va a tomar la posta en 2015 y con qué escenario se va a encontrar? El silencio es casi total. De esto no se habla. Como vemos, el pasivo contingente es, sencillamente, enorme.
Digámoslo con todas las letras: el kirchnerismo está dejando un país en ruinas desde todos los puntos por donde se lo mire. Han hecho una estafa monumental a la ciudadanía argentina. Pero, como dice el refrán popular «no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista»: en algún momento la era kirchnerista va a terminar y lamentablemente los que va a terminar pagando esta fiesta de estatismo son las futuras generaciones que nada tuvieron que ver con esto. Un gobierno que se jacta tanto de una “década ganada”, pero que al fin y al cabo está dejando una herida que ya comienza a ser la gran infección con una dolorosa verdad. Y esto sin dejar de tener en cuenta que el famoso “modelo acumulación con matriz diversificada e inclusión social” (Mamdis) tiene los días contados.
Algunas fuentes: Mecon, Ciadi, Anses, BCRA citadas por el diario La Nación
(*) Originalmente publicado en “El Espacio de Salvador Nicolás Turdo (h)“.