Modalidades, modus operandis, chivos expiatorios… ¿qué será?
Desde hace aproximadamente unos 5 años se pudo observar que los recursos extraordinarios de las denominadas causas de Lesa Humanidad, elevados a Casación Penal de la Nación o Corte Suprema de Justicia de la Nación vienen dando el mismo resultado: la negativa a cuanto planteo de la defensa de los imputados de dichas causas, salvo nimiedades que no aportan absolutamente nada de importancia a la sustanciación. Como familiares de los imputados y en algunos casos condenados en los festivales circenses orales, vemos con suma preocupación cómo el sistema jurídico se paraliza cuando llegan estos expedientes a las salas, en algunos casos que conseguimos dar con un contacto de adentro. Nos dicen que: “Fulanito no quiere resolver… porque el tío es Teniente Coronel y no quiere pelear con la familia… pero lo están presionando porque la hija quiere entrar a trabajar en el Juzgado de familia de La Plata…”. Vos entenderás… ellos no se van a jugar si no hay un pronunciamiento político primero… o “sí… tengan un poco de paciencia… lo que ustedes manifestaron están a 10 a 1 de los otros… pero ya sabés que estas causas son políticas y no se animan a enfrentarse todavía con el kirchnerismo que quedo atornillado a su sillón aquí en tribunales…”.
Entonces nos preguntamos: ¿cuándo se va terminar de acomodar la cosa… así los jueces empiezan a trabajar en serio y a usar eso que se lo conoce como Código Procesal Penal… o peor aún… la Constitución Nacional…?
Ya se volvió una maniobra generalizada institucionalizar el rotundo rechazo a los pedidos de revisión de causas. ¿No estamos acaso frente a la más perversa discriminación del Poder Judicial en su conjunto? Las causas de Lesa Humanidad si bien tienen una base jurídica fuerte, en mi humilde opinión, está llena de huecos… ya que no se tuvo en cuenta que al abrir estas causas se vulneran una serie de derechos tirando por la borda los artículos de las leyes de fondo y forma. Tenemos que entender entonces que la interpretación jurídica de estas causas siempre va buscar la bifurcación obligatoria para dar con el muro de concreto con el que va chocar nuestro justo reclamo por nuestros padres.
Cuando la justicia quiere… sucede esto: en el año 2006, un planteo de uno de los delincuentes más peligrosos de la Argentina solicitaba la excarcelación por no haber sentencia firme y haber transcurrido ya unos años de que su situación procesal estaba paralizada y seguía preso; hablo del popular Hugo “Garza” Sosa, dicho pedido merituado por una condena que le aplicó un tribunal de Morón, por asalto a 5 camiones blindados y el homicidio de al menos dos custodios, sin mencionar que este personaje iniciaba su historial delictivo a los 13 años de edad, desde donde se fueron incrementando los hechos, pasando de robar una simple billetera a lesiones en riña, robo a mano armada, tres fugas y homicidio en ocasión de robo, cuestión que lo direccionó a una condena de 20 años de prisión. El famoso delincuente integrante de la “Banda del Gordo Valor” terminaba sus días de interno en Unidad 29 de Melchor Romero, según dicen, uno de los penales más custodiados y seguros del país, por entenderse, según el fiscal de la causa Nieva Woodgate, que si bien la condena fue ejemplar y los hechos gravísimos, sin embargo, no se podía retener a una persona a quien la justicia no cerraba la instancia determinando así su culpabilidad o no… (el fiscal parece que se olvidaba que, él mismo realizó la investigación recolectando decenas de pruebas años atrás para llevar las actuaciones a juicio de Sosa). En fin, para este fiscal y obviamente para el abogado defensor de Sosa, que encantado de la vida recibió la resolución, estaban ante un acto de respetuoso “acatamiento a la ley” ni más ni menos. Y así se lo florearon a la prensa.
Ante tamaña muestra de que cuando quieren, hacen funcionar los engranajes de la Justicia, nos preguntamos… si en las causas de Lesa Humanidad iniciadas allá por el año 2001, (dejo de lado el juicio a las juntas porque eso para la justicia kirchnerista y ahora macrista evidentemente nunca sucedió), donde hay hasta 7 años de prisión preventiva, sentencias con condena dejada firme por la Corte Suprema, cumplimiento del tiempo de las penas impuestas, internos en los penales enfermos de gravedad y con la edad de 70 años cumplida, sin ahondar en más detalles, nos es sumamente difícil de entender cómo es posible que estas causas estén totalmente paralizadas. Si administrativamente hay alrededor de 400 personas en condiciones de salir en libertad o bien otros tantos de irse con prisión domiciliaria. No es esto un antojo de un familiar que desea fervientemente que su padre vuelva a su hogar, sino que objetivamente encuentra todas las llaves que abren las puertas de estas causas, y son tan fáciles que con tan solo la aplicación de ciertos artículos de los códigos pueden destrabarse años de abandono y deterioro de muchas personas y el alivio del sistema penitenciario, ni hablar de la responsabilidad política del gobierno de turno. Entonces se pudo fehacientemente comprobar que cuando la situación procesal de estas personas privadas de la libertad se acerca a estas etapas, por arte de magia aparecen nuevas indagatorias, productos de denuncias cajoneadas y ninguneadas por los fiscales en años anteriores (2009/2012 por ejemplo).

¿A qué nos remite esta modalidad? A que es irrefutable la intención de retener ilegalmente a estas personas, ya que con el artilugio muy usado últimamente en estas causas de “tener causa abierta, o riesgo de fuga o riesgo de entorpecer la investigación…”, en fin, son varias las excusas para negar lo que la ley les otorga. Ya no se pretende a estas alturas debatir sobre la legitimidad de los juicios y demás… solo queremos que ante el daño ya hecho y las cientos de vidas perdidas por estas causas lleguen concretamente a su fin, para que los sobrevivientes de este tsunami de perversión puedan disfrutar de sus últimos años con su familia.
Estas resoluciones arbitrarias siguen carcomiendo las bases del sistema legal de la justicia argentina y, lo peor de todo, nadie intenta por lo menos detenerlas. El Consejo de la Magistratura viene a ser un lugar físico donde ponen personas que cobran mensualmente un jugoso sueldo, los consejeros tienen en sus escritorios los dos teléfonos… el verde y el rojo… (el verde para iniciar jury y el rojo para desestimar o directamente ni leer las denuncias). También me dijeron que generalmente el rojo es el que suena más, desde hace más de 30 años, además de que el Ministerio de Justicia solo está para poner paños fríos a los infortunios de Milagro Sala y el ineficiente secretario de DD.HH. Claudio Avruj tiene fotos de “desaparecidos” bajo el vidrio de su escritorio, lo que nos hace entender de qué lado está. ¿Y nuestro presidente? Bueno… ese es un tema aparte, está avocado exclusivamente a reactivar la economía y caerle bien al Papa, olvidándose que “nosotros,” los miles de argentinos y miles de familias y amigos de los Presos Políticos, lo llevamos al sillón de Rivadavia, jugándonos el todo por el todo. El presidente está preocupado por tener tranquila a la porción agitadora del kirchnerismo y las asociaciones criminales de jueces y fiscales de los juzgados federales en todo el país, y que los imberbes políticos rezagados no le saquen los grupos de choque a la calle. Se olvida el presidente que en su país hay Presos Políticos de avanzada edad en penales, gente que defendió la republica hace 40 años, pero él está comprometido internacionalmente en luchar por los DD.HH. de los presos de Venezuela, una total falacia, sin desmerecer por supuesto las penurias que padecen esos luchadores que sufren la cárcel por querer una Venezuela libre, pero no es asunto primordial de nuestro Jefe de Estado.
Es todo tan indignante y confuso, que parece que cada vez está más negro el panorama general del país. La clase política no reacciona ante estas cosas, pero si ante las “supuestas discriminaciones que sufren las lesbianas”, o “colocar semáforos con figuras de parejas homosexuales”, o hacer una especie de plebiscito para saber si se puede “dejar que las mascotas viajen con uno en el transporte público”. Esto no necesita un país serio, o por lo menos no es prioridad cuando la sociedad misma está asqueada de los manejos oscuros de la clase política y el sistema judicial corrupto, en donde los verdaderos delincuentes entran y salen, en donde las indagatorias a ladrones de guantes blancos gozan de libertad e impunidad y nadie los molesta.
Quiero despertarme mañana y decir que esto fue una pesadilla que duró bastante… y que gracias a Dios ya terminó…
¿Será viable?
(*) Hija de Preso Político Argentino