Escribe: DAVID REY
Nu Skin es una empresa de capital norteamericano que opera prácticamente en todo el mundo. Originalmente, se dedica a la fabricación y distribución de productos de cosmética que prometen desacelerar el envejecimiento. Pero, además, la firma se inscribiría en un cuestionado sistema «piramidal» de ventas, es decir, que consiste en «reclutar» vendedores que pagan un canon importante por su ingreso y cuya única solvencia económica no se daría con las ventas de los productos sino con el hecho de conseguir más vendedores (quienes a su vez también deben abonar para «estar adentro» y quienes luego deberán seguir reclutando para subsistir económicamente). Nu Skin ofrece productos costosísimos muy difíciles de vender y que, por si fuera poco, hasta tendrían serios problemas para ingresar al país, habiéndose dado de esta manera infinidad de casos de personas que han pagado el «kit» para finalmente no haberlo recibido. Quedaría al desnudo, pues, que el negocio no redunda en la lógica de la compra-venta sino lisa y llanamente en el reclutamiento de personas que paguen los 13 mil pesos que, a la fecha, la empresa exige para su ingreso a la «oportunidad de tu vida».
Si bien el sistema piramidal de ventas está condenado y prohibido en los principales países del mundo, Argentina parece ser tierra fértil para estos algoritmos sectarios que prometen cambiar la vida de las personas y llenar el mundo de multimillonarios que trabajen dos horas por días.
El prestigioso periodista de Mendoza Post, Christian Sanz, no se las anduvo con eufemismos al momento de definir el trabajo de Nu Skin en Argentina como una «estafa», y así lo hizo saber en una de sus columnas en dicho periódico. Pero la trascendencia de la misma no se daría tanto en la acostumbrada resonancia de sus artículos como en la manera sistemática con que luego habría de ser perseguido y hostigado por Nu Skin «en persona». De hecho, no sólo que directivos de la firma solicitaron al periódico «que lo echen» a Sanz sino que abogados norteamericanos se contactaron con él para amenazarlo con iniciarle acciones legales.
Tal fue la polvareda que levantó el periodista mendocino con un audaz artículo de fin de semana que, ya molesto y lejos de retractarse, Sanz redobló la apuesta: mientras que arreció con más reveladoras investigaciones al respecto, por otra parte ofreció retractarse si alguno de los «millonarios» vendedores de Nu Skin le ofrecía el detalle de su facturación anual. «Ofrecí retractarme públicamente si alguien me mostraba que consiguió vender los $ 13.200 de mercadería que compró a la empresa», diría a DAVIDREY.com.ar en charla por Skype. «¿Sabés cuántos me respondieron? CERO».
Más allá de la contundencia de las investigaciones de Mendoza Post (y que todo ciudadano tiene derecho a tener en consideración), esta editorial se compromete a investigar por cuenta propia como asimismo a obtener la palabra de algún directivo de Nu Skin para una próxima edición.
Christian Sanz es una voz bien reputada dentro del periodismo argentino. Sus investigaciones por lo general son tan expeditivas como reveladoras. Ha realizado importantes trabajos respecto del caso «Marita» Verón y es constantemente consultado por distintos medios sobre temas de actualidad.
«Es importante que la gente tenga en cuenta que es muy raro que alguien que te ofrece trabajo te diga que tenés que pagar para trabajar y que no te aclare bien de qué se trata el trabajo en cuestión. El reclutamiento opera como una secta evangelista, apelan a las emociones de las personas, no a la inteligencia. Te quieren hacer creer que gracias a ese trabajo ellos pudieron comprarse un departamento o pagarse un auto», precisó Sanz para este medio respecto de las mentadas empresas de sistema piramidal, sobre el que recibió cientos de denuncias solamente en la ciudad de Mendoza.