Entrevista a Nicolás Márquez y Agustín Laje

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Polémicos y sin filtro, los jóvenes autores afirman al respecto de su nuevo libro <<Cuando el relato es una farsa>>. «Vamos hacia una crítica de raíz, sin concesiones ideológicas», afirman.


Fuente: Diario «La Nueva Provincia«. Título original: «Cuando el relato es una farsa», una dura crítica a los K

IMPORTANTE: la presentación del libro en Bahía Blanca, para hoy (lunes 30) a las 19 hs. debió moverse de lugar y horario debido a que intolerantes kirchneristas se encuentran presionando para impedir el evento. La nueva dirección de la presentación es Alem 858, a las 19.30 hs.


ÚLTIMO MOMENTO: militantes comunistas y kirchneristas impiden en la ciudad de Bahía Blanca que Nicolás Márquez y Agustín Laje Arrigoni presenten el libro que conjuntamente han escrito, «Cuando el relato es una farsa».

Alrededor de 60 intolerantes izquierdistas generaron disturbios en el salón en donde iba a realizarse la presentación.

El monstruo marxista… ya comenzó a mostrar sus garras.


<<Cuando el relato es una farsa: la respuesta a la mentira kirchnerista>> es el provocativo y flamante libro que han escrito los jóvenes Nicolás Márquez (38) y Agustín Laje (24), quienes lo presentarán en Bahía Blanca hoy (lunes 30) a las 19 en el Sindicato de Correos (Castelli 237), con entrada libre y gratuita.

Allí los autores disertarán y responderán las preguntas del público.

La obra es un documentado ensayo de 300 páginas prologado por Carlos Alberto Montaner, que acaba de ser lanzado en Buenos Aires y ya está a la venta en nuestra ciudad.

Antes de su presentación en Bahía, los autores conversaron con este diario.

¿En qué se diferencia este libro respecto de otros textos críticos del kirchnerismo que ya han sido publicados por otros autores?

NM: Este es un libro biográfico por un lado y un ensayo político por el otro, pero el elemento distintivo es nuestro enfoque ideológico, que está en las antípodas del gobierno. Mientras el grueso de los libros críticos del kirchnerismo parten desde una perspectiva progresista, nosotros partimos desde una perspectiva ideológica ubicada a la «derecha» si cabe la etiqueta.

«Es decir, es un libro de neto corte reaccionario (y lo decimos con orgullo), porque defendemos posturas y valores que nos colocan en la vereda opuesta del gobierno en todas sus dimensiones. El grueso de los libros contra el kirchnerismo que hay publicados (con todo el respeto que nos merecen) no dejan de compartir con el oficialismo la misma ideología, aunque luego estos escritores se peleen con el gobierno por asuntos colaterales o secundarios.

«En cambio, nosotros vamos hacia una crítica de raíz, sin concesiones ideológicas ni eufemismos narrativos».

Uno de los capítulos del libro es el relativo a La Cámpora: ¿Ven a esta organización juvenil como una prolongación aggiornada de los Montoneros o de la juventud efervescente de los años 70?

AL: En un nivel discursivo, La Cámpora efectivamente se presenta como continuidad ideológica de Montoneros. Los máximos dirigentes camporistas así se han encargado de definir a su organización en forma explícita.

«Pero a nivel de la praxis concreta, éstos se ajustan más al arquetipo del yuppie frívolo que al del guerrillero setentista. En efecto, mientras en los 70 se discutía cómo construir el socialismo y destruir al ‘Estado burgués’, hoy la juventud kirchnerista discute cómo ganar posiciones y beneficios económicos a costa de Aerolíneas Argentinas o cómo seguir insertando militantes-oficinistas en la generosa burocracia estatal. Mientras aquella juventud pretendía destruir el Estado, esta quiere vivir a expensas de él».

En algún momento del libro, ustedes califican al kirchnerismo como una dictadura: ¿el hecho de sacar un libro tan crítico a la «dictadura» que ustedes denuncian no implica contradicción en esta calificación?

NM: Decía Octavio Paz que «la dictadura perfecta es aquella que no se nota que lo es».

«En este concepto se circunscriben los países de la órbita del llamado socialismo del siglo XXI, del que la Argentina es parte, en donde a diferencias del stalinismo o del castrismo, no hay represión sino presión. Esta es una técnica de censura y amedrentamiento más eficiente y sutil que las antiguas.

«Cuando un medio de comunicación crítico del gobierno empieza a influir en las grandes masas, allí comienzan las persecuciones: ¿acaso es casualidad que los directivos y las principales plumas de ‘Clarín’, ‘La Nación’ o incluso de ‘La Nueva Provincia’ hayan sido víctimas de insistentes intentonas de encarcelamiento?

«Nosotros con nuestro libro influimos en el mejor de los casos en miles de lectores pero las elecciones se ganan con millones de votos. Es decir, por ahora, con nuestro ensayo no somos tan ‘peligrosos’ como para padecer una censura o represalia directa. Chávez en Venezuela por ejemplo, siempre se metió con los grandes multimedios y no con los escritores de libros que lo cuestionaban, porque sabía que los escritores influyen en ambientes determinados que no modifican en general el curso de las contiendas electorales».

Me imagino que el tema de los Derechos Humanos ustedes lo incluyen dentro del concepto de la «farsa»: ¿Qué enfoque agregan en este libro además de todo lo que ya se ha cuestionado?

AL: Nosotros partimos de una posición que ni el llamado «periodismo opositor» se ha animado a tomar: la política de Derechos Humanos del kirchnerismo, tal como le mostramos al lector, ha sido una farsa en toda su dimensión, y de ninguna manera es un «punto rescatable» de este gobierno, como frecuentemente se alega.

«Y no sólo porque el kirchnerismo ha hecho del banderín de los DDHH un negocio millonario (con Hebe de Bonafini y Sergio Schoklender a la cabeza), sino porque han hecho de los DDHH un fetiche político e ideológico monopolizado por extremistas de izquierda como instrumento de venganza, persecución política y oportunismo económico.

«En el libro contamos el rol de los dictadores Fidel Castro y Hugo Chávez en la alianza de los llamados «organismos de DDHH» con el kirchnerismo; la historia personal de Hebe de Bonafini (sus vínculos con el terrorismo internacional) y de Sergio Schoklender (el asesinato de sus padres y la cooptación de los grupos de DDHH); el gran negociado de «Sueños Compartidos»; la indiferencia de Néstor y Cristina respecto de los DDHH antes de haber llegado a la presidencia y la ficcionaria reescritura de la historia, entre otros temas que a menudo no se tocan por ser «políticamente incorrectos».

 «678», Carta Abierta y la Corte Suprema

En el libro no se salvan ni 678 ni Carta Abierta: ¿Adónde apuntan mayormente las críticas sobre la política de comunicación del kirchnerismo?

AL: Efectivamente, en el libro buscamos entre otras cosas desnudar la lógica que subyace a 678 y sus mecanismos propagandísticos que bien podrían haber sido sugeridos por Joseph Goebbels, el afamado ministro de Propaganda del nacional-socialismo. El problema con 678 no es que haga periodismo militante, sino que lo haga con el dinero de todos los argentinos. El problema no es que Diego Gvirtz cobre millonadas por este producto proselitista que consume una minoría minúscula de la población, sino que se le pague con dinero del Estado.

«Algo similar ocurre con Carta Abierta, ese grupo de intelectuales orgánicos que se han vendido a las mieles del poder kirchnerista y que trabajan en la confección de un «relato» pretendidamente académico que justifique las oscuras andanzas de Néstor y Cristina. Lo peculiar de este grupo es el nivel escandaloso de alcahueterismo que exhiben sus principales miembros (José Pablo Feinmann en particular), lo cual devalúa la importancia de la actividad intelectual».

¿No rescatan nada bueno en el kirchnerismo, como haber puesto una mejor Corte Suprema de Justicia de la Nación, por ejemplo?

NM: Atribuirle al kirchnerismo el mérito de haber volteado a una Corte y haber puesto otra, equivale a sostener que la Corte actual es de facto y que el Poder Ejecutivo atropelló el Poder Judicial violentando su autonomía, entonces no podemos atribuirle como mérito al PEN haber vapuleado la división de poderes, aunque luego se argumente que estos jueces tienen mejores pergaminos que los anteriores, afirmación que tampoco es necesariamente cierta, pero aunque lo fuere, no legitima en absoluto tamaño atropello institucional.

En suma: ¿hay algo bueno que rescaten del kirchnerismo entonces?

NM: En política a la hora de analizar una gestión de gobierno no existe el «mal absoluto» ni el «bien absoluto», lo que existen son tendencias, y la tendencia nos dice que el kirchnerismo ha sido una verdadera tragedia anestesiada por el boom sojero. Si tuviésemos que rescatar algo, diríamos que Néstor y Cristina han sido maestros involuntarios que nos han enseñado todo lo que no se debe hacer para que un país entre en la senda del progreso y se sume al concierto de las naciones prósperas del planeta.