
Escribe: David Rey
Otra vez sopa. Recontra viralizada una carta de lectores del diario La Nación donde la hija de un Preso Político exhibe lo de siempre. Recontra viralizado… claro que solo dentro de nuestro mísero y apocado microclima. La mujer, resumidamente, expone la forma con que se fue corrompiendo el sistema judicial argentino al punto de llegar al desastre que es hoy, algo que debería ser primera plana y ahí lo tenés, consignado en una carta de lectores. Esta vez, incluso, La Nación ni siquiera se ha tomado el trabajo de corregir el escrito, poner esa coma que hace falta, estilizarlo, etc. Ni siquiera lo han leído. Pero todos, contentos, pasando por WhatsApp el recorte del artículo en cuestión. ¡Misión cumplida! ¡Para que tengan! Todos satisfechos por ese cuadradito minúsculo e insignificante que el diario más importante del país “nos da” para que no digamos que no nos dan nada.
Hace poco, el periodista Pagni (justamente, empleado de La Nación) entrevistó muy brevemente -a las apuradas- a un abogado en su programa de televisión del mismo multimedio. El doctor logró, en esos “cinco minutitos de gloria”, exponer de modo magistral la problemática de los militares detenidos en el marco de los llamados juicios de lesa humanidad. Que llevan más de diez años con prisión preventiva, que por la edad deberían estar detenidos en sus casas, que no se cumplen con ellos las garantías constitucionales, en fin, todo el rollo. Apurado, Pagni redondeó como si la cosa se tratara de un bache más en la ciudad de Buenos Aires. Y -hete aquí la cuestión- inmediatamente presentó el siguiente bloque de su programa, en el cual iban a ofrecer un resumen promocional de la película “Argentina – 1985”, es decir, esa nueva bazofia cinematográfica que recrea la enfermiza entelequia de los años 70, donde un día los militares se despertaron maldormidos y decidieron salir a cazar jóvenes inocentes cuyo máximo pecado era hacer globitos con los chicles.
Como siempre (repito, como siempre), “nos dan” una a favor… y nos tiran con cien en contra. Por cada vez que la drogadicta y emputecida prensa argentina menciona algo parecido a “militar detenido injustamente”, les garantizo que hay 30 “genocidas”, 20 “jóvenes idealistas”, 30 “plan sistemático” y 20 “robo de bebés”. Y no sé si no me estoy quedando corto. La entrevista de Pagni al abogado aquí mencionado es, sin lugar a dudas, una verdadera falta de respeto, un insulto imposible de disfrazar y una burla tan pero tan descarada que solamente Borges o Chesterton podrían acertar a circunscribirla en una descripción. Es como si yo entrevisto -a las apuradas- a una persona que me habla a favor de las dos vidas y, apurado, lo corto para poner una propaganda a favor del aborto. ¿Se entiende…? ¿Acaso es preciso algún otro ejemplo más elemental todavía…? ¿O también necesitan que el mismo Pagni les cuente la manera en que se ríe y se ríen de nosotros?
¿Pero somos tan estúpidos que no nos damos cuenta de la manera en que nos usan? ¿Tanto nos han vencido que ni siquiera somos capaces de advertir que nos forrean absolutamente todo el tiempo? ¿Necesitamos que algo nos golpee la cabeza y que acomode un poco nuestro entendimiento para darnos cuenta de que, por cada migaja que “nos dan”, nos tiran con cien baldes de mierda? ¡Lo hacen en vivo y en directo, y en nuestra propia cara!
20 años, por lo menos, hace que padecemos la mentira, la difamación, la indiferencia, la hipocresía y el abuso de los medios masivos de comunicación, es decir, de los diarios y de los programas más “importantes” de Argentina. En fin, me pregunto… ¿qué parte no hemos entendido de que, en rigor de verdad, ELLOS SON EL ENEMIGO? ¿Hasta cuándo vamos a seguir con esta estúpida costumbre de pedirle la escupidera al enemigo? ¿Qué hemos logrado bajándonos los pantalones constantemente en sus espacios?
Por favor, que alguien me diga aunque sea un solo logro… Que alguien me diga: “Mirá, Lanata habló con fulano… y parece que ahora los jueces se pusieron las pilas con el tema de las preventivas de más de 10 años”. Pero, ¿saben qué? A Lanata no solo que le chupa un huevo el tema de las preventivas, sino que todos estos cocainómanos televisivos están a favor de que se viole la Constitución para que los viejos sigan pudriéndose como sapos aplastados. Ellos son capaces hasta de tumbar un gobierno, por ejemplo, el de De la Rúa. Estas lacras repugnantes fueron las que promocionaron sin excepción todos los escraches que sufrió el comisario Etchecolatz cada vez que le daban la domiciliaria que le correspondía por infinitas razones, y estas lacras repugnantes nunca dijeron nada respecto de la vez que, en una de esas promocionadas convocatorias, le hicieron perder un ojo, de un piedrazo, a la esposa del imputado.
¿Y todavía seguimos, como grandes estúpidos, pidiéndoles la escupidera por esos cinco minutitos de “gloria” que solamente sirven para confundir más a la gente? ¿Qué puede pensar alguien que ve cómo Pagni prácticamente echa al abogado que “defiende genocidas” para, seguidamente, mostrarnos el tráiler de la bazofia de “Argentina – 1985”? ¿Qué puede pensar una persona que lee a una “loca” en una “carta de lectores” (no revisada, no corregida, no leída) disparando cosas como que en Argentina está todo al revés en materia de justicia? Repito, en una carta de lectores… que no en primera plana, como bien lo ameritan las cuestiones planteadas.
En fin, yo sé que solo ha de entenderme el 1 % de los que hayan leído hasta acá. El resto va a pensar -no sin razón- que soy el mismo pobre diablo de siempre. Que soy un periodista de segunda y que, por colmo, soy rosarino… una ciudad de segunda. A ese 99 % soy el primero en darles la razón en todo, y les aconsejo que sigan babeándose por esos periodistas de primera y por esos medios de primera, los mismos que se les ríen en la cara todo el tiempo, los mismos que los forrean en vivo y en directo y que ni siquiera les corrigen las cartas que les mandan.
Al otro 1 % (los que me entienden) les digo que no nos dejemos embaucar más por esta recua asexuada de mentirosos. De nada han servido todos estos años de rogar por un minutito y un cuadradito donde carajo sea; siempre los usaron en contra nuestro. Repito, nos dan una a favor y nos tiran 100 en contra. En la época de la información, de internet y de las redes sociales… NO PRECISAMOS DE ELLOS EN ABSOLUTO. No se merecen nuestro respeto ni se merecen nuestra más mínima consideración. Callaron, callan y seguirán callando los peores atropellos que ha registrado y ha de registrar la historia argentina. Ellos no tienen nada para darnos ni, mucho menos, son parte de ninguna solución; en cambio, sí tienen mucho para seguir robando porque son, franca e indisimulablemente, el mismo enemigo que nos lleva a estar como estamos. Ellos piensan: “al enemigo, ni agua”. ¿A qué vamos a pedirles la escupidera?
He dicho.
(Nota: No he dado nombres ni mayores precisiones en este escrito, sacrificando su calidad periodística, a fin de no comprometer a nadie con las expresiones aquí vertidas. De ningún modo quiero generar la misma bronca con la yo que me veo obligado a vivir ante la expectación de los absurdos «corrientes». Todo el mundo es libre de hacer y pensar lo que quiera. Y yo también).

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