Escribe: David Rey
El tema del que todos hablan… pero pocos dicen. Lo del intendente de Morón, por medio de “la Dirección de Políticas para Juventudes” (?), alentando a los jóvenes en un festival a consumir estupefacientes (e, incluso, aconsejando sobre cómo hacerlo), es acaso la lógica punta de un iceberg que, sin embargo y gracias a Dios, todavía espanta e indigna a la gente. Pero ojo: lo mismo debería advertirnos, también, respecto del notable deterioro moral en que está inmerso el país para que eventualidades así tengan lugar. ¿Qué debería asustarnos más, entonces, que un intendente enrolado en el partido político más corrupto de la historia promueva la droga (el sustento)… o que hoy la droga sea “tan común” (y estemos tan habituados a sus diarios coletazos) como para que alguien crea -y esté convencido- de que inducir a su consumo está bien y sea necesario?
Por si esto no fuera suficiente, Lucas Ghi -más allá de las tres denuncias que por este motivo pesan sobre él- no solo que aún continúa en su cargo, sino que, además, ni siquiera fue repudiado por su mismo partido, el mismo que patrocina nada menos que al presidente de la Nación. El resto del arco político, por lo general, se debate más en aprovechar la oportunidad para posar para la foto (o encontrar algún tema para “twitear”) que en formular una reacción al respecto sinceramente categórica e inapelable. Ni cosquillas les hacen.
Pero la gente, a lo largo y a lo ancho del país, se ha indignado igual a pesar de los políticos que hay y de lo inmiscuido que está el narcotráfico en nuestro país (valga la redundancia). Un referente, no obstante, que sí supo capitalizar la indignación de la gente es Carlos Gustavo Pampillón, líder de Renacer, la “derecha patriótica”, como él llama a su partido incansablemente. Quizás muchos políticos, entonces, deberían no empantanarse tanto en su condición de consumidores al momento de hablar con la voz y la convicción de aquel mismo pueblo que los puso en sus lugares y paga sus dietas.
“Nos inundaron con la noticia de que la Secretaría de la Juventud de Morón les dice a los jóvenes cómo drogarse”, comenzó Pampillón en un breve video viralizado en las últimas horas. “Normalizan una situación asquerosa, de narcos. Yo creí que era un chiste, pero es verdad. Este gobierno kirchnerista es un gobierno de hijos de p…, de mafiosos, de lacras sociales. Les quieren arruinar la cabeza a los jóvenes que todavía quedan en buen estado. Es lo peor que nos pasó. El kirchnerismo, el progresismo y parte del peronismo, son la mier… nacional. No tienen que tener perdón. Tenemos que sacarlos como sea y exterminarlos como sea”.
Del mismo modo en que un velorio no es un lugar para chistes, los “buenos modales” de la casta política al momento de fijar una posición respecto del narcotráfico resulta tan insulsa como inoportuna. Si a los tibios los vomita Dios, a los políticos argentinos ni siquiera los traga, los escupe apenas les siente el sabor. Acaso la guerra contra el narcotráfico no debe librarse solamente con “biempensantes” reacciones twitteras, o en los medios, sobre el daño que ocasionan las drogas sino en erigir una política a la altura de las circunstancias y que le haga saber al narco que no cuenta ni remotamente con los masajes en los pies a los que está acostumbrado. Al narco, para que entienda, hay que hablarle en su idioma… y si su ley es matar y causar dolor, hay que hacerle saber que, por más que chille, va a morir como un perro.

Consultado por DAVIDREY.com.ar respecto de la “blanda” posición de la política argentina, Pampillón respondió que “la reacción tardía de algunos fue solamente porque vieron, en las redes, que la gente se indignó. Para quedar bien con alguna gente, ensayaron una crítica. No lo critican firmemente porque esto viene pasando hace rato, son cosas que estallan como lo que pasó hace poco con la droga ‘intoxicada’. Ahí encontraron enseguida a los dealers, pero no los metieron presos. Es que son parte, oficialismo y oposición son parte, desgraciadamente… además de que son unos cobardes. Respecto del intendente de Morón, tendría que ser despedido por la propia fuerza política, tendrían que haberlo expulsado e iniciarle una causa judicial”.
Carlos Pampillón es el máximo referente de Renacer, un partido político “de derecha” que no se complica demasiado al momento de ofrecer las soluciones que requiere un pueblo sano para asegurar su subsistencia, como lo es el hecho de que, entre sus postulados, figura que un juez debe cumplir la misma condena de aquel violador reincidente que él mismo liberó. ¿No resulta lógico?

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