Escribe: David Rey

Miren esa foto: el presidente «machista» y «misógino» (recibido por mujeres soldados). Pobre Estados Unidos sin Trump… y pobre de todo Occidente.

Gracias, presidente Trump, por haber luchado por nuestros valores, nuestra historia y nuestra libertad.

Gracias por haber puesto a Estados Unidos «again» en aquel lugar de referencia donde debe estar.

Gracias por haber estado del lado de la gente buena, de la gente trabajadora y de todo aquel cuyo interior vive colmado de sanas esperanzas.

Gracias por haber hablado nuestro idioma, más allá del inglés. Gracias por haber sido un extraordinario interlocutor del magnífico pueblo que representa, más allá de Estados Unidos.

Lo han atacado desde mucho antes del primer día y desde todas las latitudes, sabían que con este hombre no se podía jugar. Es poca la gente de palabra en el mundo. Lo han acusado de cualquier cosa, han pronosticado lo peor de lo peor para «America» y el mundo, y ha sido Ud. el único presidente que no ha «inventado» una guerra en tanto tiempo.

Gracias, Sr. Presidente, por habernos desengañado respecto de tantos, pero tantos «profetas» de la «libertad» y el «libre mercado» que no dudaron un segundo en ponerse del mismo lado de aquellos repugnantes opresores de la libertad que decían despreciar. Carlos Alberto Montaner, Andrés Oppenheimer… entre tantos otros bribones a sueldo cuya capacidad moral e intelectual se ha visto reducida al esperpéntico espectáculo de un malabarista en estado de ebriedad. Los Castro, Maduro, Correa y los Kirchner les agradecen orgásmicamente los servicios prestados.

Gracias, Sr. Presidente, por su sencillez y su trasparencia. Ud. no precisó jamás revestirse de una persona distinta a Ud., el hombre que el americano eligió para «hacer grande a América otra vez» con la fuerza del trabajador honesto arrasando el tufo somnoliento de las grandes ciudades.

Gracias por haber sido pueblo, campo, taller, esfuerzo, madrugada y cansancio… algo insoportable de ver para la recua trasnochada y drogadicta.

Gracias por habernos mostrado que las «redes» sociales también pueden ser la telaraña maldita donde podemos quedar atrapados; gracias por enseñarnos que nuestras propias convicciones son el verdadero motor que hace que el mundo sea más próspero y feliz.

Gracias por haber sido esperanza… Ud. ha sido un regalo que quizás Occidente no mereció o no esperaba ya.

Gracias por haber sido… lo que en realidad es y seguirá siendo, Sr. Presidente.

Quizá Ud. nació sabiendo justamente que el mejor legado que existe es esa lucha que nunca se dejó de dar.

Gracias a Ud. Sr. Presidente, tenemos legado de sobra. Esta lucha lejos de acabar recién empieza.

¡Viva el presidente Donald Trump!
¡Vivan los Estados Unidos de América!
¡Vivan los valores occidentales, firmes como nunca y en lo más alto del mundo, por siempre!


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