
Escribe: David Rey
Por invitación de la Asociación de Veteranos de Guerra contra el Terrorismo de la República Argentina (AVGCT-RA) estaré presente los días 8 y 9 de febrero en la ciudad de Roma para la Peregrinación a la Ciudad del Vaticano por el Jubileo 2025, siendo los días apuntados específicos de los eventos del Jubileo de Militares y Policías, “a quienes invitó Su Santidad en días tan trascendentes para Soldados argentinos”, tal como advierte la misma organización.
Sí, voy a estar allá… Cuando, por teléfono, le pregunté si verdaderamente estaba seguro de que yo lo acompañe, el presidente de la AVGCT-RA, es decir, el teniente coronel Carlos Enrique “el Negro” Alsina, no dudó un segundo y, como resignado ante mi incredulidad, emitió una orden: “Yo quiero que vos me acompañes”.
Ahora mi cabeza se remonta al día en que cometí la enorme locura de visitar a los Presos Políticos Argentinos en el Penal de San Felipe, en la provincia de Mendoza. También la vez que visité a los Presos Políticos Argentinos en la cárcel de Ezeiza… Cada vez que tuve el profundísimo honor de abrazar a un familiar y hacer, entonces, lo más esencial del mundo frente del que sufre: escuchar. Cada vez que dije o escribí algo que contuviera esa desesperación, cada vez que traté de involucrarme con esa soledad. Lo que yo nunca supe es que “el Negro” Alsina me estaba mirando a mí, y por eso hoy me elige para que vaya al Vaticano a rezar por los nuestros.
El Jubileo es un evento particular que organiza el Vaticano cada 25 años -desde el 1300- para promover una “oleada de espiritualidad, perdón y fraternidad”. Si en un principio se procuraba la libertad de los esclavos y la restitución de tierras confiscadas, pues hoy el asunto pasa por lograr la clemencia hacia quienes están privados de su libertad. En rigor, dada la llegada de este año tan especial, el Vaticano logró nada menos que más de 550 detenidos -condenados por diversos delitos- sean liberados en Cuba.
Claro que alienta nuestras más sanas expectativas, en lo que a Presos Políticos Argentinos refiere, el hecho de que el Jubileo de policías y militares tenga lugar precisamente en días tan significativos para nuestras fuerzas en general, es decir, cuando se cumplen 50 años del inicio de la Operación Independencia en Tucumán, una gesta heroica que, si bien fue el puntapié inicial para una liberación definitiva de nuestro país (entonces diariamente asediado por el ataque sistemático de ejércitos guerrilleros), durante más de veinte años ha sido una de las principales razones por las que se ha perseguido y encarcelado injustamente a quienes fueron nuestros salvadores. Puede que la ponderación de dicha coincidencia se deba a un arrebato de nuestra esperanza, pero, por otro lado, sería una necedad no hallar en esto, al menos, un guiño providencial.
Así lo entiende el teniente coronel Carlos Enrique Alsina, un veterano de la guerra contra el terrorismo que, como tantos otros, ha brindado su vida en función de asistir al camarada preso (son muchas las veces que el “Negro” no atiende el teléfono cuando se lo llama, esto es porque se encuentra, justamente, dentro de las cárceles visitando a sus amigos). Lo cierto es que el “Negro” tiene razón en una cosa: nosotros, los que tanto pedimos y rogamos por la libertad de los Presos Políticos Argentinos no podemos no estar en Roma los días que corresponden al Jubileo de Policías y Militares. Es una oportunidad que se da sólo cada 25 años.
Como podrán comprender, todo esto ha generado (y generará) un nivel de gastos superlativo que, urgentemente, requiere de la colaboración de aquellos que, con mucho o poco, puedan auxiliar esta vital iniciativa. Para lo mismo, indico a qué CBU pueden enviar sus donativos:
CBU – 2850540440095308847178
(Cuenta del Banco Macro a nombre de Polimeni Adriana Florencia, tesorería de la AVGCT-RA).
Desde ya, para quien subscribe ha sido siempre un verdadero honor ser parte de esta lucha como asimismo un asunto innegociable la injusticia en torno a nuestros Presos Políticos, y no solamente por los policías, militares y civiles injusta e ilegalmente apresados en el mendaz marco de los de mal llamados delitos de lesa humanidad sino porque lo mismo también compromete los derechos constitucionales e incluso la libertad de cada argentino. Nadie se crea a salvo de esa pesadilla que hoy toca al prójimo al tiempo que la forma más eficaz de garantizar que alguna vez nos toque a nosotros o a nuestros seres queridos es la impasividad frente de injusticias que creemos ajenas y lejanas. Vivir en un país con Justicia de verdad es algo que debería importarnos a todos los argentinos.
Agradezco enormemente la inmerecida confianza que en este periodista ha depositado la AVGCT-RA como también el de todo aquel que ha sabido apreciar no sólo mi trabajo en este sentido sino, además, mi sincera preocupación de siempre.
Duele la herida propia, pero más nos duele la triste pequeñez con que, muchas veces, no podemos sanar el dolor del prójimo. Será el Atlántico, entonces, un océano de dolor que atravesaremos en busca de paz, perdón y reconciliación, nada menos que lo que nuestro país necesita para desatarse del pasado y, abrazados y unidos más que nunca, comenzar a densandar el futuro maravilloso que Dios concedió a esta gran Nación.