La marihuana, estrechamente vinculada a la esquizofrenia

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Una investigación médica muestra una clara relación entre el consumo de la sustancia y la enfermedad mental.


Por Samuel T. Wilkinson (*) (**)

La reciente legislación ha permitido el uso recreativo de la marihuana en los estados de Colorado y Washington. No obstante, quienes apoyan la legalización a menudo saltean las graves consecuencias médicas relacionadas con el consumo de la droga. La mayoría de nosotros conocemos a personas que usan marihuana desde la escuela secundaria, o desde la universidad, sin que hayan sufrido consecuencias médicas importantes. Sin embargo, la literatura médica y científica sigue insistiendo, cada vez con mayor claridad, que la afirmación de que la marihuana es médicamente inofensiva es falsa.

La esquizofrenia afecta a casi a tres millones de estadounidenses – más de seis veces el número de personas con esclerosis múltiple, dos veces y media el número de personas con la enfermedad de Parkinson, y más del doble del número de personas con SIDA. Menos de un tercio de los pacientes con esquizofrenia pueden tener un trabajo estable o vivir de forma independiente. Una porción grande (aproximadamente un tercio) de las personas sin hogar en los EE.UU. sufren de la enfermedad.

Recuadros periodísticosA pesar de que reciben poca atención en el debate sobre la legalización, los estudios científicos que demuestran una asociación entre el consumo de marihuana y la esquizofrenia y otros trastornos son alarmantes. Un artículo de 2004 en el muy respetado British Journal of Psychiatry revisó cuatro estudios grandes, todos de los cuales mostraron una asociación significativa y consistente entre el consumo de marihuana (sobre todo durante la adolescencia o a partir de los 20 años) y el posterior desarrollo de la esquizofrenia. La revisión concluyó que la marihuana es un «componente causal», entre otros, en el desarrollo de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.

Un estudio de 2007 en la revista The Lancet, una revista médica británica, concluye que el uso de la marihuana aumenta el riesgo de los jóvenes a desarrollar una enfermedad psicótica como la esquizofrenia. Este riesgo es más grande – un 200 por ciento de aumento – entre los que usan la marihuana en gran medida y los que empiezan desde jóvenes.

Quienes no estén familiarizados con la causalidad epidemiológica pueden preguntarse «cómo el cannabis podría ‘provocar’ la esquizofrenia si tantas personas que fuman marihuana o hachís no desarrollan la enfermedad». Como un ejemplo, los investigadores médicos han conocido durante varias décadas que el fumar causa cáncer de pulmón, sin embargo, más del 80 por ciento de los fumadores no desarrollan la enfermedad.

Como se deduce de la investigación, el cuadro que surge es que la marihuana precipita la esquizofrenia o los trastornos psicóticos en personas cuyos cerebros son intrínsecamente vulnerables a la psicosis. Todos los que no experimentan regularmente alucinaciones o delirios se explica en lo que podría llamarse un «precipicio de la cordura». Algunos de nosotros, por razones que aún no están claras (posiblemente sea genético), estamos más cerca del borde del acantilado que otros.

La marihuana puede empujar a todos unos pocos metros más cerca de ese acantilado. Para aquellos que ya estaban cerca, la droga les empuja sobre el borde en el abismo de la locura, por lo tanto, precipitando el desarrollo de la esquizofrenia.

La asociación entre la esquizofrenia y la marihuana no es la única cuestión en juego en el debate sobre la legalización de la última. Si es cierto que la legalización contribuiría a disminuir el poder de los señores de la droga en México y otros países, entonces éste es sin duda un resultado favorable. Sin embargo, si la compensación es que más personas sufran esquizofrenia, y por lo tanto más americanos estén sin hogar y debilitados, entonces esto debe ser reconocido y discutido por el público en general. Esta asociación entre la marihuana y los trastornos psicóticos tan graves como devastadores ha estado ausente o ha sido insuficientemente discutida en el debate público.

A pesar de (o quizás debido a) el estigma injustificado que rodea su enfermedad, las personas con esquizofrenia son vulnerables y necesitan apoyo. Estamos en deuda con ellas, y con la sociedad en general, al momento de tener en cuenta todos los hechos, riesgos y beneficios potenciales antes de embarcarnos en este experimento social drástico. Si el fin de la Ley Seca no ofrece ningún precedente histórico, una vez que la marihuana se legalice, será casi imposible de deshacer.

(*) Dr. Wilkinson es un médico residente en el Departamento de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de Yale.
(**) Título original y fuente: «Pot-Smoking And the Schizophrenia Connection» (en inglés).