Escriben: Martín Rodríguez (*) y Juan Carlos Jones Tamayo (**)
En esta semana, con estupor, leímos las manifestaciones que realizaron personajes rutilantes de la “década desperdiciada” (creemos que así definimos mejor a esa década por ellos llamada “ganada”). Las opiniones de la expresidente Cristina Fernández de Kirchner, del excamarista Zaffaroni, del director del CELS y miembro del diario Página 12, Horacio Verbisky (diario que aplaude todo atropello y/o deseo de avasallar a las instituciones, sobre todo a la Justicia), al puntano Luis Alberto Rodríguez Saá y otros más. Todos ellos defendieron a Milagro Sala, tal como también lo hará Alberto Fernández.
Nos preguntamos si el doctor Zaffaroni manifiesta que de acuerdo al Estado de Derecho corresponde la intervención a la provincia de Jujuy por no estar garantizada la justicia (no se acuerda cuando él alquilaba departamentos para que fueran utilizados para el ejercicio de la prostitución). Claro, su defensa fue que él no sabía a quién y para qué los alquilaba, y solo recibía el beneficio de los alquileres. El lema de “Ni una más, ni una menos” no le toca, no lo sentía, y si era así, su sentimiento no sería hacia el género sino hacia ese viejo “oficio”. En este caso, no se habría perdido “el pudor” por lo menos para él.
Horacio Verbisky, “inteligencia” de Montoneros y, a la vez, exempleado como Agente Civil de la Fuerza Aérea, no se siente responsable de la voladura del comedor del Departamento Central de la Policía Federal, el 02 de julio de 1976, con 23 muertos (tampoco pudo comprobar su inocencia en este hecho), ni del atentado que se realizó frente al edificio del Estado Mayor del Ejército donde murió un civil, conductor de un camión que transitaba por la avenida Huergo en el momento de la explosión; claro, él, como “inteligencia” solo fijaba “objetivos” y se desligaba de la acción y de los daños producidos (hoy sería condenado por la Teoría de Roxín, es decir, por “partícipe necesario o mediato”).
¿O es que la mayoría de los militantes de Milagro Sala, la Tupac, vive en Buenos Aires y están en capacidad de cortar el puente Pueyrredón?
El señor Alberto Rodríguez Saá, gobernador de San Luis, discriminó a quienes tienen derecho a tener una vivienda en esa provincia, se la niegan a quien no sea oriundo de San Luis. Quizás desconoce, o no interpreta bien el Art. 8 de la Constitución Nacional: “Los ciudadanos de cada provincia gozan de todos los derechos, privilegios e inmunidades inherentes al título de ciudadanos en los demás”, o el Art. 14, que dice que “todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes: entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino…” y, por lo que nosotros sabemos, la provincia de San Luis integra el territorio nacional. Es decir, que no se puede impedir a cualquier ciudadano argentino permanecer o comprar una vivienda en cualquier lugar del país, incluso en esa provincia. Pero a lo mejor él está más allá de todo esto porque quizá provenga de otro planeta, como alguna vez lo sugirió.
La expresidente se olvidó de sus dichos y hechos de cuando gobernaba: “Sólo hay que tener miedo a Dios y un poquito a mí…”. Ella quiso condicionar a la Justicia y fracasó en su intento; con ello el pasaje de sus términos y deseos de “Vamos por más” y luego de “Vamos por todo”. Claro, ella había obtenido el 54% de los votos y la “arquitecta” Fernández de Kirchner quería la Carta Magna a su medida, es decir “ser la presidentA eterna” (esa “A” va con mayúscula a propósito).
Pero, lo que queremos decir es que la señora Milagro Sala, está considerada presunta jefa de una asociación ilícita, fraude al Estado y extorsión, por lo que enfrenta varios procesos judiciales, y en libertad podría ejercer influencias sobre aquellos que hoy la acusan y que hasta ayer le temían, los que eran insultados, golpeados y dejados sin vivienda si no cumplían con sus órdenes.
El silencio de los simpatizantes jujeños contrastó con lo que había anunciado el “Comité para la Liberación de Milagro Sala”, y la “olla popular” que se quería organizar frente al penal jujeño de Alto Comedero fracasó estrepitosamente
No gobierna ni delibera el pueblo si no es por medio de sus representantes y autoridades creadas por la Constitución Nacional (Art 22). Esta señora jujeña disponía de un numeroso grupo de seguidores armados, seudo uniformados, para imponer sus condiciones y para robar impunemente. ¿Ya le devolvieron las cámaras a los periodistas del señor Lanata? Es para pensarlo, ¿no?
Y, como contrapartida, en Jujuy, donde tenía tanta fuerza y seguidores la militancia que seguía a Milagro Sala durante el gobierno anterior, optó por tener poca o nula concurrencia (un muy bajo perfil) que no llevó a la Tupac Amaru a ninguna muestra importante de acompañamiento. El silencio de los simpatizantes jujeños contrastó con lo que había anunciado el “Comité para la Liberación de Milagro Sala”, y la “olla popular” que se quería organizar frente al penal jujeño de Alto Comedero fracasó estrepitosamente. Es más, no se registraron militantes ni seguidores de la Tupac o de otras organizaciones kirchneristas. La Sede Central de la Tupac en el centro de San Salvador de Jujuy estaba casi desierta.
¿O es que la mayoría de los militantes de Milagro Sala, la Tupac, vive en Buenos Aires y están en capacidad de cortar el puente Pueyrredón?
¿Dónde está la verdad? ¿En aquellos viejos dirigentes que hasta han perdido poder… o en la ciudadanía jujeña, que cansada de tanto oprobio, violencia, insultos y robos, hoy dice BASTA?
Esperamos que los responsables dirigentes y de Organizaciones Internacionales sepan realizar una lectura provechosa de todo esto para bien del país, así se termina estos casi trágicos tutelajes mesiánicos.
“SOLDADO, NUNCA TE ARREPIENTAS NI PIDAS PERDÓN POR DEFENDER A LA PATRIA”.
(*) Martín Rodríguez
TCnl (R) – Prisionero de Guerra
Licenciado – Preso Político
(**) Juan Carlos Jones Tamayo
Cnl (R) – Prisionero de Guerra
Licenciado – Preso Político