Los verdaderos pedófilos de la televisión argentina

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Escribe: David Rey

Respecto del homosexual sujeto dado en llamar como Jey Mammón (foto) y cuyo desagrable rostro colma hoy lamentablemente todos los medios de comunicación argentinos, sólo atinaría a decir que mucho más grave que el delito que se le imputa -y, por el cual, sin embargo, no ha sido condenado por la justicia- es el hecho de que sus «cumpas» [compañeros] de la televisión lo estén usando sistemáticamente para tapar o encubrir al resto de la legión de pervertidos (la gran mayoría, también homosexuales) que todo el día se la pasa hablando de él.

[Resumidamente, Mammón fue denunciado por un homosexual de haberlo violado cuando tenía 14 años, a lo que el denunciado respondió que lo conoció cuando tenía 16, y que mantuvo una relación sentimental «hermosa» con el mismo pero cuando ya era mayor de edad. La denuncia, que data de 2020, fue desestimada por la justicia argentina por considerarla «prescripta» ya].

¿Estos desquiciados que ahora señalan a Mammón se piensan que vamos a ser tan estúpidos de creer que ahora «están todos sorprendidos» por las cosas que tuvieron lugar frente de sus narices? ¿De veras creen que vamos a pensar que todos constituyen una congregación de Carmelitas Descalzas que se despertaron un día y que, al leer el diario, se enteraron de que el ambiente donde viven y (hacen que) trabajan estaba minado de depravados como Mammón, Corazza y compañía? ¡Por favor…!

[Marcelo Corazza -un vómito televisivo urgido de la bazofia prostibularia conocida como «Gran Hermano»- es otro homosexual que, por estos días, también está en el ojo de la tormenta por estupro con varones. Curiosamente, la cuestión «Mammón» hizo que la prensa dejara de hablar de él y de sus aventuras con menores de edad, además de que también desvió la atención de los periodistas respecto del conductor televisivo Alejandro Marley, otro gay que fue citado por las autoridades del canal Telefe para rendir cuentas sobre algunos rumores de estar implicado en… sí, abuso de menores].

Pero lo cierto es que quienes ahora se alarman de los hechos que tuvieron lugar frente de sus ojos realmente constituyen, en suma, el peor y más infeccioso antro de este país, todas sus pútridas, olorosas y antihigiénicas existencias están basadas en escándalos, inmoralidades, obscenidades y -en fin- PUTERÍO lisa y llanamente… ¡y ahora les tenemos que creer que están «espantados» porque otro degenerado -homosexual también, en este caso- estuvo de «novio» con un menor! ¡Ay, Dios…!

Y se preguntarán por qué he remarcado varias veces lo de «homosexual». Lo remarco por la sencilla razón de que si yo fuera homosexual les pediría ‘por favor’ que se callen y que dejen de embarrarla más todavía, manga de hipócritas. Degenerados como ustedes no solo que avergüenzan a todo un país sino que, dadas las circunstancias en particular, ensucian específicamente al resto de los homosexuales (quienes claro que no son pervertidos como sus congéneres televisivos).

Y lo remarco porque precisamente son ellos, los degenerados que ahora apuntan contra otro degenerado, los que constantemente se han pasado toda la vida insultando nuestras buenas costumbres, nuestra moral, nuestra religión y, fundamentalmente, nuestra condición de heterosexuales y nuestra vocación de familia (aunque también acá debo incluir a los no héteros que no se las andan con boludeces, y que son la gran mayoría). Toda la vida se la pasaron señalándonos como a los «retrógrados», como a los «perversos», como a los «machistas» o los «patriarcales». ¿Se acuerdan que, incluso, nos hicieron una cancioncita diciendo que «el violador eres tú»?

¡Pero mirá cómo son las cosas! Ahora resulta que este reino de homosexuales depravados (y heterosexuales depravados) no era tan «santito» como parecía, ¿eh? Son tan, pero tan enfermos y tan pero tan depravados (y tan malas personas, malos compañeros) que no solo que hoy señalan cobardemente a este imbécil de Mammón para ellos ocultar sus inocultables felonías, tácitas o explícitas, sino también para encubrir a los Popes intocables de esta gran escuela de sodomía y perversión que es la televisión argentina, donde si no sos «inclusivamente» puto o gato no vas a entrar ni siquiera para reponer el bidón del agua. [En Argentina se le llama «puto» al homosexual y «gato» a la prostituta, en ambos casos de manera peyorativa].

Mucho más grave que lo que (dicen que) hizo Mammón, repito, es lo que están haciendo estos pervertidos: ellos mismos se están limpiando el trasero con el tema de Mammón al mismo tiempo que levantan toda una muralla destinada a proteger a sus patrones, esos mismos que están arriba y que nadie toca todavía… pero que estaban casi todos bien anotaditos donde ya saben.

[Natacha Jaitt fue una prostituta televisiva de Argentina que expuso públicamente una lista de pederastas que trabaja en los medios de comunicación. Apareció «muerta» en muy extrañas circunstancias. Su cuerpo desnudo e inerte fue exhibido -algo inaudito- en todos los medios del país como si se tratara de una clara advertencia].

Vivieron dentro de un súper prostíbulo atiborrado de menores (los hacían besarse entre sí, ¿se acuerdan esas novelitas para niños?), ¡y ahora resulta que están todos espantados! ¡Andáaa…!

Se pasan todo el día machacando con la llamada «educación sexual integral», cuyo máximo propósito no es otro que el de generar confusión en los menores respecto de su sexualidad natural, promover la masturbación, el sexo oral y las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo… ¡y ahora se quieren despegar de Mammón y de Corazza! Los mismos promotores de la pedofilia, nos quieren hacer creer que ellos «no sabían nada».

No les pido dignidad, porque si están ahí, es porque no la tienen… pero lo único que les voy a decir es que con sus hipócritas sobreactuaciones lejos de resolver la «cuestión Mammón» siguen haciendo lo propio para que la televisión y los medios en general sigan siendo un gran prostíbulo (con menores) las 24 horas del día todos los días de año. No están defendiendo a la víctima de Jey, están encubriendo a los jefes de Jey.

En fin, no son más que una infecta plantación de perejiles… que se las tira contra otro perejil. Y lo saben mejor que yo porque cualquier día de estos cualquiera de ustedes puede ser, tranquilamente, el próximo Mammón.

Título original: «EL PRÓXIMO MAMMÓN» (Originalmente publicado en mi Muro de Facebook. En resaltado y entre corchetes, he aplicado algunas añadiduras -respecto del documento original- para una mejor comprensión del texto).


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