¿Pase sanitario?: «Lo legal es desobedecer»

El doctor Mariano Ludueña afirmó que la medida es inconstitucional y que "la principal defensa que tenemos es decir NO" a aquellos que quieren obligarnos a recibir la inoculación. ¿Qué pasa con aquellos que no se "vacunaron" y que son amenazados en sus trabajos, qué delitos están cometiendo los empleadores y qué hacer para frenarlos?

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Escribe: David Rey

«Tanto que criticaron a Videla, y están haciendo 25 millones de veces peor». Como buen cordobés, el doctor Mariano Ludueña Alfonso habla hasta por los codos. Pero no es hombre de rebuscarse demasiado con los términos, de ahí que sin darle vueltas al asunto se refiera al presidente Alberto Fernández como a un «delincuente» al que denunció, junto con un equipo de abogados, por «infame traidor a la Patria».

«En un mundo justo, deberían ya estar en prisión todos los que nombré», dijo a DAVIDREY.com.ar. Oriundo de la pequeña ciudad de Oliva, el doctor Ludueña es ya una indiscutible «celebrity»; es que sus opiniones en torno a la «plandemia» viajan por todo el país a la velocidad de la luz. En tiempos de absurdos «pases sanitarios» y de prepotencia sin límites por parte de los empleados eventuales de la agenda 2030 (la que pretende reducir la población mundial a un tercio de la actual y manejar «por control remoto» a los que queden vivos), sus razonamientos valen (y duelen) más por la libertad con que son expresados que por lo preocupante de lo que dice.

¿Inconstitucional el «pase sanitario»? ¡SÍ…! ¿Entonces?

El doctor Ludueña no se complica mucho respecto de la cantidad de artículos constitucionales, penales, del código civil y demás leyes que viola el «pase sanitario» puesto que sostiene que este Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) es «nulo» desde su implementación porque «de ninguna manera puede derogar a la Constitución Nacional», así que todo lo que «se obligue» a partir del mismo no redunda más que en la consecución de un ilícito sistemático.

«Ni siquiera hace falta un recurso de amparo porque es ilegal la orden misma. Cuando es ilegal la orden, lo legal es desobedecer», confió a este medio, aunque, dadas las circunstancias y, «por las dudas», convino en que no están de más las medidas legales que la gente tome para frenar este atropello.

Pero insistió: «La principal defensa que tenemos es decir que no. Si nos pretenden imponer esto, hay que buscarse un escribano y hacer un acta. Hay que empezar a pegar donde más duele que es en el bolsillo, ya sea de un banco, de un intendente o de un gobernador. Acá la vía es por la vía civil de daños y perjuicios».

«Lo que pasa es que nadie clava el talón. Van y se vacunan. Hay que levantar los puños y dejar de bajarse los pantalones», remató el abogado cordobés en este sentido.

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Problemas en el trabajo

Son muchas las personas que, hace tiempo, están siendo presionadas en sus lugares de trabajo para que se inoculen el experimento, a riesgo incluso de ser despedidas si no lo hacen. Para esto, el doctor Ludueña invita a los damnificados a que, por medio de un telegrama, el empleador les firme que se hace responsable de cubrir todos los gastos que origine cualquier eventualidad que ocurra a partir de la inyección, algo que va desde efectos adversos menores y graves (infartos, miocarditis, trombosis, epilepsia, púrpura trombocitopénica idiopática, cáncer), daños permanentes, la muerte misma como así también el pago indemnizatorio para la familia del posible damnificado o fallecido posinoculación.

«La comunicación con el empleador debe ser a través de telegrama colacionado laboral. No te negaste a inocularte, sino simplemente le dijiste que se haga cargo por si te pasa algo», precisó Ludueña, algo que también puede servirle al empleador en el caso de que él mismo esté «obligado» a exigirle la «vacuna» a sus empleados.

¿Y qué pasa si el empleador te firma que se hace responsable de todo lo que te vaya a ocurrir?, le pregunté.

«Pausa ahí», me atajó, «no se hizo responsable el laboratorio que fabricó la supuesta vacuna, y se va a hacer responsable el empleador. No me hagás reír. Es imposible. No hay ninguno que tenga medio dedo de frente que se haga responsable de esto. Nadie pone el gancho por la vacuna. Ningún médico recetó la puta vacuna».

El doctor Ludueña invitó a los interesados a que se sumen a su canal de Telegram (clic AQUÍ), en donde podrán descargar la documentación que necesiten.

¿Qué delitos cometen los que te «obligan» a inocularte?

Son varios los casos que el doctor Ludueña está llevando adelante en función de clientes suyos afectados tras ser obligados a inocularse la sustancia experimental, y a DAVIDREY.com.ar le confió el de una persona de Villa Constitución que desarrolló púrpura trombocitopénica (un efecto adverso reconocido por la propia Organización Mundial de la Salud) y por lo que su vida quedó condicionada para siempre.

«En este caso en particular», detalló Ludueña, «yo denuncié al presidente de la República Argentina, al Ministro de Salud de la República Argentina, al gobernador de la Provincia de Santa Fe, a la Ministro de Salud de la Provincia de Santa Fe y al enfermero que le colocó la vacuna. Los delitos que se le imputan son lesiones gravísimas calificadas en concurso con asociación ilícita, cualquiera de las dos es encarcelable, no excarcelable. En un país serio, deberían ya estar en prisión todos los que nombré. En caso de que la persona inoculada muera, el delito es homicidio«.

Respecto de aquellas otras personas que impidan el acceso a un establecimiento en función de requerir el «carnet de vacunación», Ludueña explicó que están «ejerciendo discriminación hacia tu persona directamente y, en caso del Estado, está cometiendo un delito de traición a la Patria porque está dejando sin efecto libertades constitucionales en función de un Decreto de Necesidad y Urgencia que es inconstitucional. No es obligatoria la vacuna a nivel nacional, ni siquiera es una vacuna».

¿Y qué pasa con las vacaciones?

Es que mucha gente, al menos en Argentina, ya tiene pagas las vacaciones, y resulta que ahora se encuentra con que para poder llevarlas a cabo como Dios manda… están obligadas a inocularse con el experimento. Para esto el doctor Ludueña recomienda un enroque. «Puede resolver cancelar el contrato unilateralmente y pedir que le devuelvan el dinero con intereses y costas», confió a DAVIDREY.com.ar.

¿Pero entonces la solución es quedarse sin vacaciones?, le consulté (después de la entrevista). Me respondió: «No, cambiar el rumbo. Los de la agencia van a buscarte una opción ellos antes que devolverte la plata». Como para todo, el abogado de Oliva recomienda «como mínimo, enviar una carta documento» a quien sea que fuera a impedir esas merecidas vacaciones. «Una carta documento reclamando el dinero con intereses más daños y perjuicios o el cambio del destino para viajar sin vacunas a un lugar superior al contratado. Allí la agencia sola buscará una opción viable», añadió.

En caso de que en los peajes alguien te pida el «carnet», se deberá solicitar la orden por escrito, identificar a la persona y proceder de inmediato a hacer la denuncia. «Si es un gendarme o policía, lo procesás por abuso de autoridad», añadió Ludueña.

En fin, nos ha tocado un tiempo en donde, parece, debemos aprender, otra vez, a pelear por nuestros derechos y nuestra libertad.


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