Ricardo Forster: no a los principios, sí a la obediencia debida

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Por Manucho Noya Quintana (*)

Cuando ya pensé que lo había escuchado todo (y cuando ya estaba convencido de que casi todo lo que escuché tenía que tomarlo con pinzas) uno de los máximos referentes de Carta Abierta, y precandidato del oficialismo, comienza a desarmar el relato.

En una entrevista radial, Ricardo Forster desmiente la famosa frase pronunciada por “Él” al momento de asumir la presidencia («No voy a dejar mis convicciones en la puerta de la Casa Rosada») y la lucha contra las «leyes de impunidad».

La sorpresa no sería la contradicción entre lo dicho y lo hecho (vamos, que de eso nos podemos cansar de dar ejemplos) sino que ahora comienza –aparentemente- una etapa en la que se buscará desarmar también, aunque sea en forma discreta, el relato.

La entrevista realizada días atrás por Luis Novaresio -en Radio La Red- a Ricardo Forster me hizo ruido. La escuché y hubo un par de cosas que no me cerraban, pero no podía identificar concretamente cuáles eran. Una vez que encontré el audio subido a la red, la escuché nuevamente, y ahí me di cuenta: el kirchnerismo comienza a dar marcha atrás en su relato, y a sincerar posiciones.

La nota gira alrededor de la polémica por la propuesta de ascenso de Milani y las pruebas que lo involucrarían en la comisión de delitos considerados de lesa humanidad. Y hay dos momentos en los que Forster (a quien no se puede acusar de ingenuo, inocente o de no saber el valor que tiene cada frase) deschava su posición y, probablemente, la del gobierno.

Al explicar la diferencia entre las posturas del CELS (que ahora pide que se niegue el ascenso a Milani) con la del gobierno (que simplemente decidió diferir el tratamiento del pliego), Forster aclara que “el CELS tiene una posición que yo diría, no es una posición… vamos a llamarla de este modo, no es una posición política sino que es una posición de principios, que tiene que ver con una manera de pensar el modo como se actúa frente a la historia compleja, oscura y trágica de la Argentina, y lo que significa asumir esa posición de principios. Un gobierno también actúa en función de una realidad política, de una lógica que va por otro lado, entonces, no es equiparable ni es intercambiable inmediatamente”. Así, en poco más de 30 segundos, Ricardo Forster tira por la borda 10 años de relato en cuanto a ese tema.

Pero, como es muy suelto de lengua y su afán de justificar al gobierno llega a límites insólitos, también aborda un intento de defensa de Milani desde un punto de vista que no es ni más ni menos que la aplicación de la obediencia debida.

Novaresio le pregunta: “Si usted fuera Milani, ¿no renunciaría?”. Y Forster le responde: “No sé, porque hay que ver primero lo que Milani piensa de todo su recorrido, de quién era cuando tenía 21 años, de quién es él ahora, qué le ha pasado a él a lo largo de una vida, quizás el piensa que efectivamente firmó algo que no podía no firmar, y en condiciones en las que cumplió una orden siendo un subteniente de 21 años y un capitán le dijo ‘firme esto’, ni por favor ni nada”. ¿No eran esas situaciones las que buscaba justificar la ley de obediencia debida?

Recordemos que la ley 23.521, llamada “de obediencia debida”, en su artículo 1º, establecía: “Se presume sin admitir prueba en contrario que quienes a la fecha de comisión del hecho revistaban como… oficiales subalternos… no son punibles por los delitos… por haber obrado en virtud de obediencia debida… En tales casos se considerará de pleno derecho que las personas mencionadas obraron en estado de coerción bajo subordinación a la autoridad superior y en cumplimiento de órdenes, sin facultad o posibilidad de inspección, oposición o resistencia a ellas en cuanto a su oportunidad y legitimidad”.

En definitiva, Ricardo Forster arría dos de las principales banderas del kirchnerismo: la defensa de los principios y la lucha contra “las leyes de impunidad”.

Afortunadamente, con el comienzo de la campaña política (ahora las PASO, en octubre las elecciones), Forster tendrá muchas oportunidades de seguir explicándole a la gente cual es la verdadera posición de los K.

Gracias Ricardo.

Originalmente publicado en «Yo, opinólogo».