Carlos Viana: «¿Dónde está la democracia en Argentina?»

Hay periodistas que pretenden quedar bien con todo el mundo. Son mediadores.

Pero hay una muy selecta clase de profesionales a los que sencillamente no les importa quedar bien ni con Dios ni con el diablo. Son, pues, periodistas.

Carlos Viana es un legendario periodista rosarino que forma parte de esta última clase en extinción, y yo tuve el placer de poder conversar con él

Hablamos sobre el Socialismo del Siglo XXI. Los invito a que participen de la charla.



Argentina: ¿Dónde está la democracia?
(*)

Por Carlos Viana (**)

“Llora, llora como mujer lo que no supiste defender como hombre” (Aixa a su hijo, el Rey Boabdil) 

Compartí un almuerzo en Rosario con Gregorio Badeni, quien dio una ilustrativa y como siempre brillante conferencia sobre la democracia. El Dr. Badeni distinguió entre lo que él llama las democracias constitucionales y las que denominó democracias populistas. A estas últimas las definió como un modelo nuevo, y puso como ejemplo el gobierno de Chávez en Venezuela, el de Correa en Perú, Ortega en Nicaragua y Cristina Kirchner en la Argentina.

Por su parte, Guillermo O’Donell, sobresaliente politólogo argentino de renombre mundial y recientemente fallecido, distinguió la democracia representativa de la que él denominó democracia delegativa. A esta última la definió así: “Las democracias delegativas se basan en la premisa de que quien sea que gane una elección presidencial tendrá el derecho a gobernar como él (o ella) considere apropiado”, es decir, sin respetar la Constitución, salvaguarda de las libertades y derechos de los ciudadanos.

Tácitamente, muchos políticos de la llamada oposición, la mayoría de los periodistas y en general la opinión publica parece que comparten esta posición, hablando de la democracia recuperada en 1983 sin reparar en algunos rasgos distintivos esenciales de la democracia.

De la Teoría a nuestra Realidad

Del ejemplo que estamos viviendo, deducimos que se caracterizarían, estas democracias populistas o delegativas, por una dosis de anarquía, donde predomina la fuerza de cualquier grupo piquetero, y que le permite al gobierno usar a grupos extremistas en contra de los opositores, como son Quebracho, la organización tupacamurista de Milagros Salas y La Cámpora, entre otras. A su vez, el gobierno utiliza a jueces oficialistas, la AFIP y una mayoría en el Congreso para aprobar leyes inconstitucionales, como las de poderes extraordinarios, la ley de prensa, las leyes que terminan con la independencia del Poder Judicial y otras.

En otras palabras, el populismo se caracteriza por una mezcla de anarquía y de autoritarismo cada vez menos encubierto, atacando por dos flancos las libertades de los ciudadanos.

El gran interrogante es si hay libertad. Porque según Heródoto, Pericles, Platón, Aristóteles, Montesquieu, Rousseau, Sieyes, Madison, Alberdi y la mayoría de los filósofos políticos, la democracia se caracteriza esencialmente por la libertad, que es la libertad individual, y la expresión política de esta libertad es la democracia.  El populismo es una transición hacia una dictadura disfrazada de democracia.

La segunda pregunta: ¿por qué regalarles a estos populistas autoritarios, disfrazados de demócratas, el uso de ese glorioso término de la cultura occidental y cristiana?

Regalarle el nombre de democracia a un fenómeno que no expresa la libertad nos lleva a ciertas paradojas insostenibles.

La mayoría es un procedimiento; el valor es que ciudadanos educados y tolerantes y el gobierno respeten la libertad. Le estamos cediendo un nombre valorizado en una forma de gobierno, que es la expresión de la libertad, a quienes atentan contra ella.

Si la democracia es solo el gobierno de la mayoría sin libertad, ya Aristóteles decía que se degeneraba en demagogia, y Platón, que este último estado derivaba en la tiranía.

Consecuentemente con esta postura, Hitler habría sido un gobernante democrático, porque tuvo las mayorías más grandes de la historia europea. Claro, habría que preguntarles a los judíos, gitanos y opositores de este tirano asesino, si Hitler fue un gobernante democrático. Siguiendo con este razonamiento, también la mayoría popular que dictaminó que Cristo debía ser crucificado fue democrática.

Es más, Hitler surgió como líder cuando Alemania estaba en medio de una anarquía populista. En definitiva, que un régimen político sea popular no quiere decir que sea democrático y menos justo.

Este es el camino que inició Chávez, hasta con similitudes semánticas: del nacionalsocialismo, él pasó al socialismo del siglo XXI, con el fatídico ejemplo de Cuba y, en la Argentina, de los Montoneros, con su distintivo de la “Patria Socialista”; también, el socialismo de Correa en Ecuador.

Continuando con este uso de amplitud casi infinita del término democracia, el general Franco, al final de su mandato, sostuvo que sus referéndums sobre la base del voto del jefe de familia eran una democracia orgánica. Por su parte Erick Hoernecker, uno de los constructores del Muro de Berlín, fue el führer de la llamada República Democrática Alemana. Uno de los ideólogos más admirados de este dictador, Lenín, acuño el término “democracia centralizada”, que sería en su etapa socialista dirigida por una dictadura del proletariado, encabezada por una elite intelectual comunista y que culminó, como el caso de Hoernecker, en un estado totalitario. Kadhafi sostuvo hasta su reciente muerte que él había inaugurado la “democracia verde”.

Hay una gran mayoría que sostenemos que los Estados Unidos son una democracia, pero otros lo niegan acusándolos de ser una plutocracia imperialista. En la actualidad se habla de democracia liberal, de democracia social, de democracia corporativa, etc. Hay quienes ponen énfasis en la libertad, otros en la igualdad y también quienes sostienen, como único requisito, la mayoría. Como vemos, con la palabra “democracia” se abarcan fenómenos políticos muy diferentes y hasta opuestos.

Es que lo que se está valorizando es el término democracia y no el fenómeno, no un régimen político concreto. Debido a este valor que ha tomado el vocablo democracia, más que un tipo de régimen político ha reemplazado el significado de “bien” o “bueno”. Pero también el término “bien” ha sufrido su desgaste; en consecuencia, se lo ha reemplazado, en buena medida, por el término democracia.

Hagamos una mostración histórica y ontológica de lo que se consideró como democracia, buscando su esencia, desde la antigüedad.

Precisando el concepto del fenómeno de la libertad,  ¿cómo consideraba Platón, uno de sus enemigos, a la democracia?

Dejemos que él nos conteste. “En una ciudad gobernada democráticamente, oirás que la libertad es el más precioso de todos los bienes, y que por ello solo en esa ciudad puede vivir dignamente el hombre que sea libre por naturaleza” (La República).

En cuanto a Aristóteles, ¿que consideraba él una democracia? “Es un error grave, aunque muy común, hacer descansar exclusivamente la democracia en la soberanía del número” (La Política ). Párrafos más adelante, continúa el estagirita, “no hay verdadera democracia sino allí donde los hombres son libres y conforman la mayoría, aunque sean pobres” (La Política).

No deberían quedarnos dudas: siempre se consideró a la democracia como la expresión política de la libertad.

La eliminación por ley de la independencia del poder judicial debería despertar la alarma en quienes solo atinan a decir que no se cumple la Constitución, mientras siguen avalando este populismo llamándolo democracia. A la libertad hay que defenderla con coraje todos los días, contra las fuerzas diabólicas de los que intentan destruirla.

Cuentan que allá lejos, por 1492, en las alturas de una colina de Granada, el Rey vencido Boabdil el Chico miró las redes doradas que caían al atardecer sobre su perdida Granada y se puso a llorar. Su madre, la princesa Aixa, le dijo entonces: “Llora, llora como mujer lo que no supiste defender como hombre”.

(*) Editorial originalmente publicada en HACER.ORG.
(**) Carlos E. Viana es profesor de teoría política y autor del libro “El escenario político sobreiluminado”.

 

La década ganada

Captura 4

¡Tenemos de vuelta el control de nuestro petróleo! (ojalá fuese así con los minerales que empresas mineras de capital inglés se están llevando y dejan en un total desamparo a los habitantes de los pueblos originarios)


 

Matías

Por Matías Dalmiro Rivero (*)

Este 25 de Mayo (fecha de celebración Nacional) será nuevamente opacada por el kirchnerismo para celebrar el decimo aniversario de la asunción de su excelentísimo líder, o quizás también celebren la “nueva argentina”, ya que para este entonces parece que todo lo bueno de este país lo hizo Kirchner. Y si no lo hizo Él, seguro que el prócer o el célebre ciudadano se le asemejaba.

Vale hacer recordar a todos que este 25 de Mayo se cumple los 203 aniversarios del Primer Gobierno Patrio, el inicio de esta Argentina. Pero como ya venimos acostumbrados, estos grandes acontecimientos serán tapados por el propagandismo político, hoy titulado “la década ganada”.

¡Pongamos una hoja frente a nosotros y hagamos lista de lo que ganamos!

Dos grandes victorias de este modelo revolucionario y salvador fueron:

La recuperación de aerolíneas argentinas. Un gran avance para la Nación y la recuperación de su autonomía en los cielos, que por un pequeño defecto de cálculos financieros nos está llevando una pérdida diaria de 2 millones de dólares.

Otra, sin duda, fue la recuperación total del manejo de los yacimientos petrolíferos

La expropiación de YPF. ¡Tenemos de vuelta el control de nuestro petróleo! (ojalá fuese así con los minerales que empresas mineras de capital inglés se están llevando y dejan en un total desamparo a los habitantes de los pueblos originarios). Gracias a la intervención del Estado logramos perder confianza en el sector privado para invertir, y dejar en evidencia las falencias con la que cuentan nuestras instituciones. Pero esto es un precio que debimos pagar para poder obtener hoy en día una producción de un 40 % menos de lo que se producía anteriormente.

Pero hay más victorias en esta década y no hay que ser humildes, queridos compatriotas, pues este 25 se celebra 10 años de la “Nueva Nación”.

Hoy, y cuando digo “hoy” me refiero a esta bendita década, se ha logrado el respeto y el valor por los Derechos Humanos. Sí, hoy por el coraje y valentía de Él, se juzgan a los represores y genocidas de la última Dictadura Militar. Ustedes dirán que luego de 27 años de haber pasado cualquiera pone los huevos; y no sé por qué se me viene ahora a la mente el doctor Alfonsín.

¡Pero sí, señores! En esta década los derechos de las víctimas de la dictadura son prioridad, dejando de lado los tuyos, los de los niños que mueren de desnutrición tanto en el norte del país como en el conurbano bonaerense, o en el barrio más humilde de tu ciudad o pueblo.

Hoy la Justicia actúa con rigor para juzgar al militar pero no para juzgar a los secuestradores y torturadores de Marita Verón, porque en esta década ganada los triunfos son muchos, y la corrupción esta solo de la vereda del PRO. Aquí no hay ni trata de personas, ni mafias, ni narcotráfico, ni explotación laboral esclavista.

Pero este modelo tuvo sus falencias y las reconoció, como el contar con un vicepresidente “ocupa”, como lo tildó la primera mandataria a Cobos por no votarle una ley o también esta despistada ministra de economía. Esta muchacha sonsa que trajo en una bolsa de consorcio los ahorros de su hermano para invertir, ¿cómo se llama? ¡Mileci!.

Y bueno, hay veces que en la política se nos cuelan aves de carroña, ¿no?

Argentina, por si no sabían, cuenta con un organismo oficial que realiza investigaciones y estudios de cifras sobre la economía del país; este organismo es conocido como el INDEC. Para quien no lo sepa es uno de los organismos, que provee datos estadísticos, más prestigioso del mundo, el número uno en Latinoamérica.

¡Pero qué cabeza la mía! Cierto que para ganar esta década tuvimos que sacrificar la credibilidad de éste, y es por  eso que hoy en el mundo no es una fuente confiable a consultar. Bueno, pero son pequeños sacrificios que se hacen para el bien de todos.

Con este modelo no hay víctimas del Once, ni inundados en la Plata. Acá muchachos hay Fútbol para Todos y netbooks para todos los chicos.

Esta última es una herramienta indispensable para pensar, sin ellas no podría haber un próximo Borges ni una Victoria Ocampos; ojalá se profundizara en el sistema educativo también. Bueno, es un deseo para la Segunda Década Ganada.

Pero las conquistas sociales que se han logrado, como obtener una asignación universal por hijo (proyecto de Elisa Carrio) o el matrimonio igualitario… cosas que están perfectas y no tienen lugar a discusión, la ultima más que nada porque nadie puede negarle derechos a personas de un mismo sexo que quieran estar juntas. Aunque suena paradójico su moral cuando transan con un país como Irán, el cual penaliza con muerte a la homosexualidad, pero que a la vez son una Nación hermana revolucionaria que podrá dar justicia al caso del atentado de la AMIA y la embajada de Israel.  Raro que acá ya se saben quiénes fueron pero para que se haga justicia tendrán que pasar 30 años. ¿No les parece?

En conclusión en esta década ganada hemos tenido compañeros, algunas derrotas, sí, pero predominan nuestros triunfos indiscutibles. Hoy hemos mejorado la participación del sistema democrático a tal punto que la justicia dejará su carácter de imparcialidad para sumirse a la razón cierta de la mayoría. En estos diez años de modelo y de la llegada del Salvador, hemos cambiado esa cultura neoliberal de explotar al pobre para enriquecer al rico y avaro empresario, por otra en la cual los docentes, jubilados y cualquier trabajador en blanco que cobre un poquito más de lo que el criterio del modelo crea, deberán pagar un impuesto a las ganancias, mientras hoy se les espera con los brazos abiertos a todo evasor que quiera venir a estas tierras a blanquear sus dólares mal habidos.

Pero bien, en este 25 de Mayo algunos celebraremos el primer gobierno patrio; otros estarán eufóricos gritando el nombre del señor K y aplaudiendo a ella, la reina sin corona; otros no harán más que otra cosa que mostrar desinterés por ambas cuestiones. Pero hagan lo que hagan, en esta década ganada, no dejen de hacerse esta pregunta.

¿Dónde está Julio López?

(*) Estudiante de Economía – UCEL

El rol de la mujer en la reducción de la pobreza en Chile

Ph: Ludovico Mack

El Grupo Joven de la Fundación Libertad de la ciudad de Rosario llevó a cabo el seminario “El futuro debate sobre el presente de América Latina” con una importante variedad de temas abarcados. El evento estuvo divido en dos paneles – El Estado y la economía: su rol como promotor del crecimiento económico, y El análisis de las democracias latinoamericanas –, a los que se sumó una exhaustiva conferencia del  analista político Walter Castro denominada “La ética liberal”.

Una buena concurrencia, predominantemente joven, escuchó con visible atención el argumento de los distintos panelistas, toda vez que las cuestiones invocadas mientras que por un lado reflejaron preocupación y dramatismo, por otra parte concluyeron aportando un mensaje optimista y esperanzador. “Perú, economía pionera en la región” y “El desmodelo argentino y sus consecuencias” fueron algunos de los títulos con los que los expositores lograron captar el interés general.

Chile, ejemplo a seguir para erradicar la pobreza

Yamila Feccia, estudiante avanzada de Licenciatura en Economía, habló sobre “La lucha contra la pobreza en Chile. Propuestas y alternativas que destacan el rol de la mujer”<<La pobreza es un asunto más complejo que la falta de ingresos; es pobre quien no tiene incentivos para salir de esa situación>>, dijo, al comenzar su exposición, al tiempo que añadió que <<la educación es necesaria, pero no suficiente>>.

En rigor, el caso singular de Chile no sólo destaca por sus ostensibles logros en materia de reducir los índices de la pobreza sino porque lo mismo lo ha llevado a cabo un gobierno de “centroderecha”, en contraposición con los países del mentado Socialismo del Siglo XXI, que a la vez que tanto pregonan por la reivindicación social de los pobres, paradójicamente, en los hechos, no hacen más que multiplicarlos escandalosamente y asimismo desbaratar la calidad de vida de la población en general. Venezuela – por citar un ejemplo –, acaso el país con mayor reservas petrolíferas en el mundo, inexplicablemente sufrió una crisis energética sin precedentes en la historia.

En este sentido, Yamila Feccia evocó el caso paradigmático chileno por promover <<medios e incentivos que auspiciaron la libertad individual, bloqueada por el Estado>> en otros países. <<Chile aborda la pobreza desde muchas aristas. Vincula educación con contención institucional>>, afirmó. Pero no hay logro que no cuente con aspectos curiosos e insospechados, como lo resume el hecho de la vital importancia que tiene la figura de la mujer en el proceso de erradicar la pobreza en el país trasandino.

En efecto, Chile focalizó sus políticas en la mujer en consideración de que la misma instituye un factor fundamental dentro del núcleo familiar. <<Las mujeres priorizan la familia antes que a ellas mismas>>, sostuvo Yamila, lo que llevó al Estado chileno a idear una batería de incentivos tendientes a reforzar la participación femenina en el mundo laboral. Por ejemplo, en el otro lado de la Cordillera, se <<premia con un subsidio (del 20 % del sueldo) a las mujeres que trabajen de manera formal y se han hecho esfuerzos por compatibilizar los horarios con el de los colegios al que asisten sus hijos>>, todo lo cual conduce a un fortalecimiento del seno familiar. El Estado, por otra parte, ofrece información y créditos específicos a las trabajadoras, de suerte que se fomente el desarrollo y la creatividad de las mismas.

Chile es hoy el país con mayor índice de desarrollo humano de América latina y acaso el que proporcionalmente más ha logrado reducir los índices de la pobreza. Lejos de instituirse como un Estado benefactor, el país más largo del mundo se caracteriza por adoptar políticas innovadoras tendientes al desarrollo global y sostenido de la población. <<No se ayuda a los pobres con fines políticos como en Argentina>>, remataría la expositora. En rigor, el descenso notable en las encuestas del actual presidente Piñera da cuentas de que para los políticos chilenos la prioridad son los pobres y no la continuidad de sus eventuales gestiones.

Walter Castro: “La democracia no sirve para resolver todos los problemas”

El lugar que el seminario del año pasado ocupara Alberto Benegas Lynch (h) esta vez estuvo a cargo del reconocido pensador liberal Walter Castro. “La ética liberal” se intituló la conferencia con que clausuró el programa y con que supo granjearse la atención de todo el auditorio.

El también conductor de Radio Fisherton CNN no anduvo con demasiados rodeos teóricos sino que recurrió a ejemplos claros al momento de instar los beneficios de la libre iniciativa. La analogía entre Corea del Sur y Corea del Norte acaso ilustra, según Castro, los resultados entre los logros de un Estado que alienta políticas liberales y otro que hace lo contrario. La gran diferencia, pues, no consiste en otra cosa que en el respeto, por parte del sector gubernamental, hacia las instituciones de un país, las cuales resumen el meollo de códigos sobre los que se sostiene una sociedad desarrollada.

“La ética liberal” se basa en normas claras de convivencia antes que en reglas. <<Es más fácil ponerse de acuerdo en cosas sencillas que en ver hacia dónde queremos ir. Todos queremos hacer sin molestar a nadie y que otros hagan sin que nos molesten; pero no todos tenemos los mismos objetivos, y todos optamos por distintos caminos>>, resumió, con gran pragmatismo, el hombre del bastón.  <<El exceso de reglas nos habla de un sistema de vida donde forzosamente los ciudadanos debemos marchar según el arbitrio de un gobernante, nos guste o no>>.

En este sentido, Walter Castro precisó que <<la democracia no sirve para resolver todos los problemas>>, sino que se hace necesario, además, el imperio de políticas republicanas ajenas a los vicios populistas característicos de muchos países. <<La gente pierde incentivo ante tantas regulaciones>>, por lo que justamente la misión del liberalismo se explicaría en la limitar el poder de los gobiernos de turno como los privilegios de unos pocos sectores.

La libertad de mercado es otro factor indispensable al momento de elevar el nivel de vida de la población, aunque haya prejuicios por vencer. <<Es cierto. El mercado no premia el esfuerzo>>, asumiría Castro, <<premia al que encuentra soluciones para los demás>>.

Conferencia de Peter Boettke, el líder de la Escuela Austriaca de Economía

«Living economics: yesterday, today, and tomorrow»

A cargo de Peter Boettke (PhD) – George Mason University
Conferencia On Line
 
Organizan: Fundación BASES / Corporate Training

Referencias Académicas del Expositor:

Peter Boettke: Doctor en Economía (George Mason University, Estados Unidos), Director del James M. Buchanan Center for Political Economy, Investigador del Mercatus Center y Profesor en George Mason University. Es autor de The Political Economy of Soviet Socialism: The Formative Years, 1918-1928, Why Perestroika Failed: The Economics and Politics of Socialism Transformation, Calculation and Coordination: Essays on Socialism and Transitional Political Economy y es coautor de The Economic Way of Thinking.

Boettke es, según el Wall Street Journal, el líder intelectual de la Escuela Austriaca de Economía y un abanderado en contra de la intervención del gobierno en la economía.

El Aula Virtual

El Aula Virtual de Corporate Training posibilita clases presenciales en la web en tiempo real (metodología sincrónica). El aula virtual permite a su vez compartir archivos (word, Excel, Power Point, etc.) así como también páginas web, videos en forma presencial dentro del aula virtual. En cuanto a la dinámica, posibilita tener hasta 6 cámaras simultáneas y posee las herramientas necesarias para lograr un feedback idéntico al de una clase presencial (excelente calidad de sonido, comunicación alternativa mediante chat, herramientas para dirigirse al docente, etc.). Finalmente, el aula virtual permite grabar las clases presenciales para poder volver a verlas nuevamente.

Fecha: 03/06
Horario: 20 a 22 hs de Argentina (ver diferencia horaria)
Conferencia Libre y Gratuita – Inscripción Previa Obligatoria
Informes e inscripción: bases@fundacionbases.org 

La diferencia entre un militar y un montonero

ACLARACIÓN MUY IMPORTANTE:

El siguiente artículo acaso pretende reflejar los espíritus mismos que inspiraron tanto el accionar de las fuerzas legales como el de los ejércitos guerrilleros. Por tanto, entiendo que aquellos militares que no se ajustan al espíritu de entrega y abnegación sanmartinianos no sólo que – para mí – no merecen llamarse como tales sino que además han sido discriminados del siguiente trabajo; en el mismo sentido, aquellos guerrilleros que han sabido realizar un admirable esfuerzo de honestidad, y cuyos honestos trabajos editoriales me sirven hoy a mí para conocer en profundidad lo sucedido en los 70, de  ningún modo son instados por mí en calidad de “terroristas” ni tampoco son requeridos sus nombres en la narración. Si se muestran arrepentidos, no somos nadie para no perdonarlos y permitirles todo nuestro respeto y cariño.

Seguidamente, quiero decir que el 99 por ciento de los medios nacionales ofrece una visión negativa de los militares y una visión positiva de los guerrilleros (y yo no veo que nadie chille por eso). Este trabajo, en cambio, corresponde al 1 por ciento de los medios que ofrecen una perspectiva diametralmente distinta, aunque profundamente cerciorada por documentación fehaciente y marcado rigor histórico; comprenderán que sería una locura de mi parte asumir una postura “tan jugada” sin estar seguro por completo de todo lo que digo. A los “valientes” que se aventuren a la siguiente editorial, les sugiero acepten lo vertido tan simplemente como un aporte más a la comprensión integral de nuestra controvertida historia reciente.

Muchas gracias.


David ReyPor David Rey

Tras años de sistemático ensalzamiento por parte de ideologistas afines, como asimismo de tierna complacencia opositora, se ha logrado traer a recuento la controvertida expresión “montoneros”, de suerte que dicho nombre ha vuelto a proclamarse en densas proclamas y sus tremebundos baluartes son pues reivindicados como héroes, santos, entusiastas idealistas. Por cierto que todo esto gracias a una insistente analogía con quienes son presentados como los malos de la película, los gorilas, los fachos, los servidores del imperialismo… Es decir, los militares, o bien las Fuerzas Armadas Argentinas.

En rigor, la santificación – por un lado, y por el otro – la demonización acostumbradas no corresponden más que a un exhaustivo intento por exculpar a los responsables directos e indirectos de miles de atentados terroristas (cuanto más malos los militares, más buenos los guerrilleros) que permanecen obviados por la mirada enferma de nuestra Justicia. En este sentido, la persecución y el arresto de miles de militares argentinos no obedecen más que al propósito – sistematizado – de anular e inutilizar el único órgano con que cuenta el país con capacidad y conocimientos estratégicos para neutralizar la concreción de posibles ataques terroristas. Presos los militares, queda allanado el camino que nos conmina al socialismo, el terror, la persecución ideológica y la rimbombante violación de la propiedad privada.

Como decimos, entonces, desde el campo conceptual, las FF.AA. argentinas han  resultado profundamente denigradas ante la opinión pública en virtud de una grosera analogía con quienes son instituidos como sus antagónicos, por caso, los miembros de la banda terrorista Montoneros, hoy pretendida como un grupito virginal de jóvenes altruistas que luchaban por sus ideales. Hete aquí que en este trabajo aceptamos el reto aunque, con permiso, observaremos la requerida comparación desde una óptica un tanto inconveniente para el credo oficial.

Mentalidades dispares

Acaso pocos trabajos han sido realizados con el objeto de ilustrar la mentalidad tristemente criminal de una organización que hizo del secuestro, del terror y del asesinato una filosofía destinada a justificar (léase “pintarrajear”) los peores atropellos al sistema institucional. Sobre la base teórica de que el país, en los setenta, se hallaba amordazado por las garras de un supuesto capitalismo galopante, Montoneros fraguó su presentación en sociedad nada menos que con el secuestro y el posterior asesinato – tras una parodia de juicio sumarísimo revolucionario – del entonces ex presidente y General Pedro Eugenio Aramburu, en 1969. En fin, una vez que Montoneros “olió la sangre” de sus víctimas, la serialización del crimen sobrevino naturalmente.

No se llega a asesino serial por golpe de suerte o buenas calificaciones; más bien sería razonable precisar la descomposición psíquica y moral que tiene lugar en una persona capaz de hallar justificable el homicidio de un semejante, como asimismo de calificar de “error” el asesinato de una persona ajena al objetivo originario, y que muere por una bala perdida, las esquirlas de una bomba, el derrumbe de un edificio. Entonces, la prédica marxista constituyó el vaho narcotizante que auspició la destrucción psicológica, la pérdida del sentido de la realidad y el desbaratamiento de códigos éticos tan elementales como “no matar”, “trabajar para vivir”, “respeto al prójimo”. Para una persona normal estas proposiciones son inalterables; para un asesino terrorista estas cosas no son más que meras patrañas propias de un cuento de hadas.

Podría, en esta línea, sindicarse la diferencia entre un militar y un montonero como la de una persona cuyo ideal se resume en entrega absoluta al servicio de la Patria y de una persona adicta a una ideología o credo fundamentalistas tendientes a justificar cualquier medio para tal o cual fin. De suerte, por caso, que cuando todo el mundo se horrorizaba con los atentados de las Torres Gemelas, la empresaria corrupta Hebe de Bonafini celebraba públicamente destilando que “alguna vez a ellos también les tenía que pasar”. Un soldado sólo mata en defensa propia y precisamente llevado a un terreno marcial; el guerrillero mata de forma indiscriminada sin importar el lugar y la cantidad de víctimas inocentes (dando lugar así al inefable concepto de guerra asimétrica). Las FF.AA. sólo funcionan en tiempos de guerra mientras que la guerrilla se propone interrumpir la paz ciudadana mediante comisión de atentados terroristas. Los militares arremeten en procura de restablecer la paz y orden públicos (ante el caso de una invasión terrorista); los extremistas acometen con el objetivo de generar caos y desgastar las garantías institucionales de un país. El trabajo de uno es defender la Patria; la “misión” del otro es destruirla.

Mal que a muchos les pese, la idiosincrasia de la soldadesca se corresponde al profundo meollo de cuestiones culturales, sociales y religiosas de una Nación, de manera que la tradición de un país es la que determina su comportamiento y la forma con que ha de responder ante una amenaza por el estilo. Por otro lado – por más impolítico que suene – ningún golpe cívico/militar en Argentina se dio sin la documentada anuencia de la gran mayoría de los actores políticos como asimismo de un notable – cuando no mayoritario – consenso ciudadano.

La mentalidad del ERP, en cambio y por citar un ejemplo bien concreto, acaso estuvo constituida por elementos ajenos al devenir de la tradición o estilo de vida argentinos, lo cual condujo a la imposición de una metodología necesariamente improcedente, totalitaria, delincuencial, que incluso fue condenada – nada menos – que por el mismo Partido Comunista local. Si acaso hubo erpianos con “buenas intenciones” (que de seguro los hubo), el sólo hecho de pertenecer a una organización clandestina – y que encima cometió secuestros, asesinatos y que, por colmo, pretendió “quedarse” con una provincia – los conmina insalvablemente a la categoría de criminales, y no por otra cosa que por el discernimiento mismo del sentir tradicional argentino. Más allá de la “dudosa” probidad de nuestra siempre ensangrentada historia, todos vamos a coincidir en que matar está mal, que el terror no es “método” para nada, que es éste un país mayoritariamente católico, que muy pocas personas atacan guarniciones militares para robarse armamento, que de ningún modo el comunismo es una expresión mayoritaria y que irse a vivir a la selva tucumana es cosa más bien de picapiedras que de gente de bien.

Fuerzas Armadas vs. guerrilleros

Ya, más en el plano de los hechos concretos, y citando como ejemplo el asesinato del Capitán Humberto Viola y de su pequeña hija en Tucumán en diciembre del 74 (su otra hija quedó inválida), podríamos señalar que la diferencia entre un militar y un guerrillero es la que existe entre un hombre que al ser emboscado por maleantes, alcanzado y todo por los disparos, igual consigue descender de su vehículo en un intento por evitar que la balacera lesione a su familia o demás inocentes, mientras que – por el contrario – el guerrillero se escuda nada menos que en los semejantes que tiene a su alcance, cuando no con sus mismos hijos recién nacidos. Notable diferencia.

Por otro lado, si bien el margen de error en las operaciones contraterroristas ha llevado a numerosas víctimas inocentes (que desde aquí lamentamos, y repudiamos si hubo concurso de alevosía), bajo ningún aspecto la inventiva estratégica del Ejército incluyó el daño o la muerte de personas ajenas al conflicto armado, como tampoco de familiares de guerrilleros buscados intensamente. Más allá de que se pretenda sentar la idea de que las FF.AA. planearon una “persecución sistemática de disidentes inocentes”, los guarismos reales de ningún modo cercioran dicho concepto; lo mismo ocurre con la mentada apropiación de bebés. Es decir, nadie niega que hubo muertes inocentes o bebés apropiados ilegalmente, mas no los hubo en un número que se ilustre como de “sistemático” (planeado para tal propósito), por tanto no transigen con el espíritu sanmartiniano aquí evocado.

En contrapartida, la metodología guerrillera acaso sí se basó en un ataque sistemático hacia las fuerzas legales que además incluyó el asesinato indiscriminado (con tal de generar terror) de civiles eventuales como asimismo de familiares de militares (en concepto de “venganza” en algunos casos). Entre innumerables ejemplos de empresarios secuestrados, jueces asesinados, políticos perseguidos y civiles aterrorizados – cosa que extiende la “sistematización” del método a la población civil, lo cual, “a pesar de nuestra Justicia”, conlleva a la comisión de crimen de lesa humanidad –, podemos destacar además el estrepitoso homicidio de la hija del Almirante Armando Lambruschini (agosto de 1978), es decir, Paula Lambruschini, que fue extinguida mediante la colocación de un artefacto explosivo en su casa (cuya explosión también asesinó a dos personas más).  Si bien Montoneros “lamentó” las muertes inocentes, se discute que el móvil de dicho atentado terrorista fue en concepto de represalia.

¿Eran tarados los guerrilleros?

Hasta aquí quedan descritas, resumidamente, las distintas idiosincrasias tanto de las FF.AA. como de los guerrilleros en general. Cabría discutir sobre la integridad mental de los responsables de ambas facciones antagónicas. Los militares, dado el desgobierno imperante y la incapacidad policial de hacer frente a la creciente subversión (que ya planeaba la toma del poder), aceptaron una guerra por los ejércitos subversivos declarada abiertamente; trazaron un plan de acción; el mismo fue avalado y decretado por el gobierno democrático de Isabel Perón. Los militares ganaron la guerra contraterrorista, de modo que no vemos aquí algún desapego a la realidad o estrategias marciales desprovistas de resultados coherentes y satisfactorios. No ganaron la guerra sirviendo limonada, sino luchando y ofrendando sus vidas como soldados al servicio de la Patria.

La cuestión sobreviene cuando analizamos la mentalidad de personas – ya comprobadamente aficionadas a la serialización de los asesinatos, lo cual arroja el dato de una tara importante, visible – que creyó posible, mediante la frecuencia de atentados terroristas (como asimismo de la “guerra de guerrillas”, en el caso de ERP), que iban a conseguir ocasionar un golpe de Estado e instaurar una dictadura comunista de inspiración cubana. Personas enajenadas pero convencidas de que dicha metodología habría de ser reconocida por la población civil, y que por lo tanto habría de originarse simpatías y adhesiones para la idealizada “lucha armada”.  Estos bandoleros de acotadas facultades mentales, ¿qué se pensaban que eran los argentinos? ¿Idiotas y asesinos como ellos…? Actualizándonos un poco, las mismas preguntas podemos realizarles a aquellas personas actuales que incansablemente legitiman y reivindican el accionar de sus “jóvenes idealistas”.

Cabe destacar que tanto ERP como Montoneros “celebraron” el Golpe de Estado de marzo del 76 en base a la creencia de que lo mismo apresuraría el engrosamiento de sus ejércitos respectivos; imaginaban que la ciudadanía se iba a armar contra el general Videla, quien entonces no era ponderado de otra forma que como un salvador, lo mismo que el general Antonio Bussi en Tucumán, quien fuera más tarde electo gobernador de dicha provincia. Más allá del mayoritario consenso político y ciudadano por parte del Gobierno de Facto, hasta el mismo Partido Comunista recibió con beneplácito la interrupción del ficticio proceso democrático, ni que hablar de la intelectualidad de entonces. Y las preguntas son: los terroristas, ¿realmente creyeron que iban a poder ganarle una guerra a un ejército profesional, legendario, reconocido en todo el mundo? ¿Se imaginaron triunfadores sobre el mismo ejército en que luchó el general San Martín o el general Belgrano? Va de suyo que la respuesta afirmativa de ambas cuestiones inmediatamente conlleva al insalvable diagnóstico de completa taradez mental.

La misma, por cierto, queda francamente reflejada en la notable dificultad de sus exponentes actuales en aceptar la derrota infringida por las FF.AA., y de este modo mantener viva una disputa en la que son los únicos “gladiadores”; así y todo, sin embargo, necesitan hacer de la distorsión del pasado una diaria comunión, de la mentira un recurso infaltable y del odio, el resentimiento y el cinismo la cosquilla que alegra sus miserables existencias. Por otro lado – más lamentable aún –, así como en la época del 70 usaron a la ciudadanía e incluso a sus propios hijos como escudos humanos, en la actualidad sucede parecido toda vez que el odio injustificado se halla reproducido de a millares.

Se dicen revolucionarios y viven una vida distendida, al mejor estilo capitalista, gracias al dinero que roban sin vergüenza alguna; se reivindican como “hacedores” de una democracia que ellos mismos quisieron sustituir, mediante comisión de atentados terroristas, para implantar una rancia dictadura comunista; lloran humanismo hasta por los codos, acaso raramente olvidados que, entre todos, constituyeron un horrendo club de asesinos seriales; viven negando una guerra que ellos mismos declararon al Estado argentino en plena democracia, por cierto que con dinero, armamentos y logística importados de Chile, Cuba, Palestina, Libia; claman, ruegan, se retuercen en pos de pedir “justicia”, sin pensar que la mayor injusticia de nuestros días es el simple hecho de que ellos mismos no estén tras las rejas. En fin… tarados.

El ejemplo militar

Precisamente, como contraparte de estos últimos señalamientos, y fieles al espíritu tradicional y cristiano argentino, las víctimas del terrorismo subversivo también supieron expedirse en materia de la terrible época de los 70, aunque de forma diametralmente opuesta. De hecho, incontables son las familias que han debido convivir con el dolor de haber perdido un ser querido, o de conservarlo mutilado o inválido, y, por colmo, no sólo que totalmente obviados por el ojo de la justicia y el interés concreto de los políticos y (según una víctima que yo mismo entrevisté, Graciela Gonzáles Camarasa) de la misma oficialidad, sino que además debemos agregarle la solidaridad – con suerte – grácil y de “rigor” de una minúscula fracción de la ciudadanía. Por supuesto que no se es solidario con una víctima de la subversión cacareando por otro lado que los terroristas fueron “jóvenes idealistas” o cosas por el estilo. En fin, la hipocresía ya es patrimonio de la otra parte.

En este sentido es sumamente ponderable la acción del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV), cuya presidente, Victoria Villaruel, a la vez que lucha incansablemente porque el Estado argentino reconozca y repare a las víctimas del genocidio marxista… es reconocida por su labor en todo el mundo, menos en Argentina (en la medida que bien se lo merece). Volviendo a lo mismo, no sirve, a mi juicio en particular, un periodista, por ejemplo, que pondere el trabajo de “Vicky” mientras que en otro sentido desconoce la magnitud homicida de los siempre mentados “jóvenes idealistas”. Tanto debe ser así, que la misma presidente del CELTYV publicó un libro intitulado, justamente, “Los llaman… jóvenes idealistas”.

No obstante, nada ha conseguido borronear el espíritu infranqueable de aquellas personas que, en buena ley, guerrearon y combatieron contra al terrorismo nacional e internacional. Suele decirse que los militares ganaron en el terreno de las armas, pero que perdieron en el terreno psicológico; verdad relativa, toda vez que los mismos veteranos contrarrevolucionarios, como también sus respectivas familias, de ningún modo han visto flaquear sus convicciones morales y religiosas, ya sea tanto por el desgaste de la ignominia marxista como por el menosprecio de la política en general. Perder, sencillamente, sería terminar convertidos en ellos, los enemigos de entonces; es decir, con el corazón henchido de odio, resentimiento y cinismo.

Muy por el contrario, los héroes de la lucha contraterrorista, han sabido tolerar con gran estoicismo el advenimiento de las peores contingencias. De suerte que el coronel Argentino del Valle Larrabure, desde su largo cautiverio en las llamadas “Cárceles del Pueblo” (ERP, a quien se entregó para evitar derramamiento de sangre inocente la noche del copamiento de la Fábrica Militar de Villa María), mediante esquelas llenas de amor, exhortaba a su familia a “no odiar al enemigo” bajo ninguna circunstancia, como asimismo a llevar a cabo un perdón cueste lo que cueste. Como él, muchos otros soldados entendieron desde un principio que ya no volverían a ver a sus familias y que lo mejor de sí mismos que tenían para legarles era un recuerdo limpio de rencores, propósitos decadentes, luchas insensatas. Como él, tantos otros se sublimaron al destino de la Nación por la que entregaron su vida; era más importante una Patria libre, con sus hijos andando indiferentes al vaho del odio, que el propio dolor y la inconmensurable desesperanza de no volverlos a ver, a tocar, a escuchar…

Esto último resume, pues, en la diferencia más significativa que hay entre un militar y un montonero. Amor por un lado, odio por el otro; entrega y sacrificio los primeros, sometimiento y crimen los segundos. Libertad, libertad y libertad, contra comunismo, terrorismo y subversión. Silencio, altruista resignación e idealismo… Vocinglería, resentimiento e ideología. Y así siguen, los unos digiriendo el dolor nuestro cada día: es lo mejor para el país; los otros, que aprovechan para seguir mintiendo, robando y prostituyendo: es lo mejor para ellos. Es su forma de pelear.

Pero… aunque sigan peleando, tienen bien presente que ya perdieron la guerra de forma estrepitosa. Quizás lo que más les duela a los perdedores marxistas es precisamente esto último: por más sangre que derramaron, por más mentira convertida en tabú, por más injusticia que ellos mismos representan… no han logrado apagar – ni remotamente – la convicción patriota y el corazón en llamas de un soldado argentino. Es su forma de pelear.


 

Fuentes consultadas: «El Vietnam argentino», Nicolás Márquez / «Mitos setentistas», Agustín Laje Arrigoni / «Montoneros – Soldados de Massera», Carlos A. Manfroni / «Hombres y mujeres del PRT-ERP», Luis Mattini / «Nunca más», Ernesto Sábato / «Gaby, la montonera», documental de César D’ Agiolillo / «Montoneros», Wikipedia /»Humberto Viola junto a su hija, asesinados en Tucumán», Mendoza Transparente / «Armando Lambruschini», Wikipedia / «Entrevista a Arturo Cirilo Larrabure», www.DAVIDREY.com.ar / «Entrevista a Carlos Manfroni», www.DAVIDREY.com.ar /»El silencioso Terrorismo de Estado actual», www.DAVIDREY.com.ar / «Testimonio de una víctima del terrorismo», www.DAVIDREY.com.ar / «Analizando a Laura Di Marco, autora de ‘La Cámpora'», www.DAVIDREY.com.ar / «Lo que yo puede ‘sacarle’ a Ceferino Reato», www.DAVIDREY.com.ar

El verdadero Terrorismo de Estado en Argentina

<<No van a llegar a la verdad por los caminos de la mentira. No van a conseguir Justicia mintiendo. No van a honrar los DD.HH. desconociendo los DD.HH. de las miles de víctimas de la subversión>>.

¿Qué quiere decir «reina consorte»?


Se habla en estos días de que Máxima Zorreguieta es «reina consorte». Debido a que pocos han explicado con precisión qué significa eso de ‘consorte’, me dispuse a averiguar por mi cuenta.

No necesité investigar demasiado… ya que Wikipedia satisfizo rápidamente mis inquietudes.

<<REINA CONSORTE: Reina consorte es el título otorgado a la esposa de un monarca reinante y según el Diccionario Merriam-Webster el término fue usado por vez primera en 1765. Generalmente recibe el equivalente femenino de los títulos y tratamientos del rey. Históricamente, las reinas consortes no comparten los poderes políticos y militares del monarca. Si el soberano ostenta un título diferente al de rey, su esposa es contemplada con el equivalente femenino, como por ejemplo «princesa consorte» o «emperatriz consorte».

A diferencia de una reina consorte, la reina que lleva el título por derecho propio suele obtenerlo por haberlo heredado a la muerte del anterior monarca>>.

En definitiva, el vocablo «consorte» simplemente viene a significar que Máxima es reina porque es esposa del rey, y no porque haya «heredado» el trono por cuestión de linaje. Si fuera al revés – si Máxima fuera hija de Beatriz -, el Rey Guillermo sería «rey consorte». Consorte quiere decir «con respecto a una persona, otra que participa de su misma suerte».

En el diccionario María Moliner, «consorte» se explica de la siguiente manera (del lat. consors, -ortis, participante):

<<El marido o la mujer, cada uno con respecto al otro. Cónyuge. El marido o la mujer de la persona que ostenta un título como el de rey o un título nobiliario. Se usa frecuentemente en aposición: ‘Rey consorte’>>.

Osvaldo Salomón: «El gobernador tiene que ser el Jefe de la Policía»

Ph: Ludovico Mack

Osvaldo Salomón no necesita distraerse en entelequias para saber qué es lo que habría que hacer en Santa Fe; para lo mismo simplemente se remite, como él dice, a “ejemplos puntuales”, y de ahí que con visible entusiasmo pondere analogías con provincias o regiones que él admira por su desarrollo en algunas áreas. <<Algunas cosas haremos mejor que ellos>>, dice, pero de inmediato vuelve al ruedo con que en Córdoba los policías ganan el doble que en Santa Fe; que mientras que allá construyen dos autopistas acá no podemos ni tapar el bache de una ruta; que los estudiantes con mejores calificaciones son becados por el gobierno; que él fue a la ciudad de La Punta, en San Luis, para ver si era verdad lo que decían… <<¿Y sabés qué hicieron además…?>>, me dice, como si hiciera esfuerzo para creerlo, <<Porque yo mismo fui a verlo solo; desconfiado como es uno… No sea cosa que todo sea propaganda. Allá no hay cables… Todos los cables de la ciudad van bajo tierra…>>. Por esto, porque allá las universidades tienen calefacción y aire acondicionado, porque cuentan con estadio cubierto, <<los próximos Juegos Panamericanos se hacen allá y no en Rosario, ¡y eso que sólo tienen diez mil habitantes!>>.

Recuadros periodísticosSeis veces electo de forma consecutiva en la localidad de Chabás, el pre candidato a Diputado Nacional Osvaldo Salomón desearía evitar incurrir en el autoelogio, pero sabe que sus distintas gestiones han de servirle de referencia al momento de desandar el camino del desarrollo global. <<En Chabás llovieron ciento cuarenta milímetros en una hora y no tuvimos inundaciones. En mi pueblo no se corta la luz y están todas las calles pavimentadas>>, resume, con sencillez pueblerina. Y se remite a la realidad de otros pueblos: <<Hace de toda la vida que están tratando de unir las localidades de Chañar Ladeado y Arteaga, tanto por el gas natural como por una ruta… En Santa Fe hay lugares donde conviene ir por la banquina por lo destruidos que están los caminos>>. Estas mismas observaciones a la vez que lo enuncian como a una persona “apta” para el puesto que ambiciona (sabe qué necesita la Provincia, sabe cómo está Santa Fe) por supuesto que por otro lado lo comprometen el doble de resultar electo diputado: el día de mañana Salomón no podrá hacerse el distraído al momento de traer soluciones para los diversos problemas santafesinos.

Si bien su lema de campaña es “Menos impuestos, más trabajo” (<<Sin aumentar un solo impuesto habría que unir todas las ciudades importantes del país con autopistas>>), la retórica de Salomón en todo momento refiere a lo que más preocupa a los santafesinos: la inseguridad. Como pocos dirigentes verdaderamente preocupados en el tema, Osvaldo Salomón dice haberse quedado “con la sangre helada” luego de participar de la conferencia que dictara en la Universidad Abierta Interamericana el licenciado Alfonso Murguía, residente de Ciudad Juárez (México) y acaso una de las personalidades más destacadas de la lucha contra el narcotráfico (dicho evento ha sido cubierto por este mismo medio [clic aquí]). Después de más de media vida dedicada a la política (comenzó su carrera siendo senador a los 27 años), el hombre de Chabás parece renegar del derrotero lamentable que le espera al país y a nuestra provincia si las fuerzas políticas siguen de brazos cruzados. No tiene dudas al momento de señalar que <<el gobernador tiene que ser el Jefe de la Policía>>, entre otras medidas que estaría dispuesto a alentar <<aunque le cueste la vida>>.

<<Estas son cosas que un diputado no puede hacerlas solo>>, se sincera. No obstante, dada la generalizada indolencia que existe en materia de seguridad, es digno de celebrar la visible preocupación de aquellos “pocos” políticos que se animan a encarar una cuestión tan compleja y controversial. Ojalá que la siguiente entrevista les presente a un candidato digno de ser tenido en cuenta al momento de sufragar en octubre próximo.

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